
“En un beso apasionado, donde se mezcla todo, podemos intercambiar 80 millones de bacterias cada segundo”: Aura Lucía Mera.
Foto: EFE - OLATZ CASTRILLO
No me refiero a la respiración artificial cuando alguien se desvanece y otro se le lanza encima a abrirle la boca y soplarle hasta quedarse sin aliento para que el otro respire. Hoy me dedico al Beso, con mayúscula: el Beso en la boca.
Al comienzo de los tiempos, cuando teníamos pelo, cola, nos trepábamos a los árboles y andábamos en cuatro, nuestros antepasados se besaban en la boca para ayudar al compañero o a su hembra a quitarse el mugre, los restos de comida y demás elementos no muy santos que se quedaban atrapados entre los dientes. Era cuestión de higiene, y me imagino que también para ayudarlos a no perder los dientes, pues...
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