Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.

El boca a boca

Aura Lucía Mera

18 de febrero de 2025 - 12:05 a. m.
“En un beso apasionado, donde se mezcla todo, podemos intercambiar 80 millones de bacterias cada segundo”: Aura Lucía Mera.
Foto: EFE - OLATZ CASTRILLO

No me refiero a la respiración artificial cuando alguien se desvanece y otro se le lanza encima a abrirle la boca y soplarle hasta quedarse sin aliento para que el otro respire. Hoy me dedico al Beso, con mayúscula: el Beso en la boca.

Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO

¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar

PUBLICIDAD

Al comienzo de los tiempos, cuando teníamos pelo, cola, nos trepábamos a los árboles y andábamos en cuatro, nuestros antepasados se besaban en la boca para ayudar al compañero o a su hembra a quitarse el mugre, los restos de comida y demás elementos no muy santos que se quedaban atrapados entre los dientes. Era cuestión de higiene, y me imagino que también para ayudarlos a no perder los dientes, pues en ese entonces no había dentistas ni prótesis. Muy sabios. También se besaban para olerse y ver si eran compatibles.

Ya sin pelo, caminando en dos, erguidos y pelados, seguimos con la tradición. Parece que el primer boca a boca apasionado fue en Mesopotamia hace 4.500 años, y la costumbre llegó a Europa con Alejandro Magno.

Al comienzo, no necesariamente los besos estaban relacionados con el sexo. Los había románticos, como en la época de los trovadores, o los que resucitaban, como en Blancanieves o La bella durmiente, donde generalmente el encargado era el Príncipe Azul.

Algunos besos cambiaron la historia de la humanidad. Un beso en la boca bien salivado, largo y con lengua incluida puede generar traiciones, infidelidades, aberraciones insospechadas, taquicardias, celos y venganzas. Como dice la canción: “La culpa fue del primer beso, del primer beso que te di”, donde todo se detiene en el tiempo y solo existe esa sensación de entrega fatal. Para bien o para mal, nunca se sabe.

Existen toda clase de besos: el del pajarito, el de Kiko, el tornado, el beso-bola, el dulce, el de vaca, el salado, el de brujas.

La verdad es que los besos en la boca solo se dan entre humanos. Existen 700 especies de bacterias en la lengua y la saliva, y en un beso apasionado, donde se mezcla todo, podemos intercambiar 80 millones de bacterias cada segundo. Haga la cuenta. Y si es largo, chupetón, imagine lo intercambiado.

Read more!

Esta pasión muchas veces trae sus consecuencias: Streptococcus, Rothia, Decasseria, Gemella y todas las posibilidades de la microbiana bucal. La saliva es dinámica.

Durante la pandemia del COVID-19, lo primero que se ordenó fue el tapabocas, y los besos quedaron en el cajón de las cosas prohibidas. Hubo casos en que se convirtieron en la máxima expresión amorosa: “Te amo tanto que te beso aunque me contagies”.

Sin embargo, no en todos los países está permitido besarse en la boca en público. En algunos, incluso, tiene multas y cárcel: Dubái, Tailandia, Nigeria, Marruecos, Etiopía, Catar, Baréin, Japón, la ciudad de Guanajuato en México y algunas tribus de Brasil.

No ad for you

Curiosamente, los besos en la boca son como el aperitivo del sexo, pero después de consumado el acto, nadie se besa en la boca. También es curioso que las prostitutas jamás permiten que las besen en la boca. Y el beso furtivo y pecaminoso, a escondidas, es el preludio de tragedias y pasiones desbocadas.

Siempre la culpa fue del primer beso, ese que jamás se olvida y se queda pegado en la memoria. Ese primer beso al que, a pesar de todo, nunca le guardamos rencor. Está en un rincón del corazón porque fue el despertar del amor.

Read more!
Conoce más

Temas recomendados:

Ver todas las noticias
Read more!
Read more!
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.