ES CIERTO. NADIE SE BAÑA DOS veces en el mismo río, y menos con este invierno. Los péndulos jamás están quietos. Apenas bajan inician de nuevo el ascenso.
Como las gallinas en los corrales: las que están arriba llenando de rila o rala a las de abajo, después les toca a ras de suelo y reciben lo mismo. Sólo tocando fondo se puede iniciar la subida.
Ya terminaron ocho años de caudillismo llenos de escándalos, ollas podridas destapadas y las que están aún por destapar. Los que subieron como palma ya están cayendo como cocos. Los que algún día merecieron toda nuestra credibilidad ya están en su auténtico nivel. Los ex ministros del octavenio, o como se diga, quienes algún día se creyeron intocables y todopoderosos ya están siendo desnudados y mostrados en toda su incompetencia y a la luz pública sus marrullas. El ex caudillo se enloqueció y se dedicó a insultar a diestra y siniestra, a viajar obsesivamente, a hablar y despotricar, hasta que un caballo lo pateó y lo sentó.
Me gustan estas cosas. Que se desmitifiquen los falsos profetas. Que se investigue a los intocables. Que se arranque las máscaras y se limpien los maquillajes. Que las aguas turbulentas vuelvan a su nivel. Y es que no sólo el invierno fue el coletazo que heredamos del gobierno anterior por obra y gracia de las nubes, sino que fue el fruto de las pésimas administraciones de los ministros del ramo y los directores de las Corporaciones Autónomas.
El actual Mandatario nos está sorprendiendo, no porque sea Mandrake que lo vaya a resolver todo, sino porque se quitó la jáquima y se desensilló del potro que creía tenerlo bien amarrado. Y este acto de coraje ha sido el mejor regalo para los colombianos. Quiere hacer un buen gobierno. Un gobierno diferente en el que la honestidad sea una de las premisas. Como fue la premisa de su abuelo. Como fueron las de muchos presidentes que tuvimos.
Me gustaría que este año que se inicia movido, anegado, estremecido por las ollas destapadas fuera el inicio del movimiento ascendente del péndulo. Que el sol volviera a brillar, tanto en el horizonte, como en los funcionarios públicos. Que se barriera de una vez por todas tanta basura, tanto lastre, tanto fango y tanta podredumbre como los que veníamos arrastrando. Me gustaría que el ex presidente Uribe se quedara callado y lo vacunaran contra la rabia. En fin, me gustaría ser testigo del resurgimiento de una Colombia más limpia, más digna, más justa, más sensata, más tolerante, más respetuosa. Me gustaría que este 2011 que nos trae días nuevos, sin estrenar, páginas blancas para escribir nuevas historias, se llenara de 365 días de pensamientos y acciones verticales, progresistas, limpias, para tener algo nuevo que dejarle escrito a nuestra historia.
Propongo que se acabe de barrer, que caiga el que tiene que caer, que den la cara los que la tienen que dar y que empecemos a subir como el péndulo. Ya no más de lo mismo. Suficiente con el experimento anterior. Feliz Año.
