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¡El silencio del mundo!

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Aura Lucía Mera
26 de agosto de 2014 - 03:47 a. m.
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Los sobrevivientes del Holocausto y familiares de muchos desaparecidos en el genocidio nazi han escrito y firmado una carta (casi 300 firmas) condenando la “masacre de los palestinos en Gaza”.

Transcribo algunos apartes: “Como sobrevivientes judíos y de las víctimas del genocidio nazi, inequívocamente condenamos la masacre de palestinos en Gaza y la ocupación y colonización de los territorios palestinos...”. “Estamos preocupados por el trato inhumano a los palestinos por la sociedad israelí...”.

“El genocidio comienza por el silencio del mundo”. Asimismo condenan los firmantes a Estados Unidos y demás países occidentales por permitir, en silencio cómplice, la continuación de los ataques de Israel a Gaza, sin importar que las víctimas sean civiles, mujeres, hombres y niños que están totalmente ajenos al conflicto, y hacerse los de la vista gorda ahora que les han cortado el suministro de luz y agua, y hacen un llamado categórico para un cese al fuego y al bloqueo contra Gaza. Incluso llegan a pedir un bloqueo económico, cultural y académico para Israel.

También David Grossman, escritor israelí nacido en Israel, padre de un hijo que murió en uno de los eternos conflictos, y quien vive en Jerusalén, escribió para el New York Times. Afirma que tanto Israel como Palestina, pueblos que tienen muchísimas cosas en común, se acostumbraron a vivir dentro de una burbuja en la que impera la ley de la violencia, la guerra, la venganza y el odio, y pregunta a Netanyahu y predecesores por qué “han dejado pasar años desde el último conflicto sin iniciar un diálogo, sin hacer un solo gesto de acercamiento que pueda cambiar esta realidad explosiva. Por qué durante 12 años Israel ha ignorado todas las iniciativas de la Liga Árabe. Por qué los sucesivos gobiernos israelíes han sido incapaces, durante décadas, de salirse de esa burbuja maldita y mortal...”.

Grossman no cree en una solución militar para este conflicto y sostiene que “mientras exista la asfixia para los habitantes de Gaza, y no se alivie, Israel tampoco podrá respirar libremente...”. “Seguiremos en esta guerra absurda que erosiona nuestras vidas, nuestras esperanzas y nuestra humanidad”.

¿Acusarán ahora los fanáticos y fundamentalistas judíos (y los enemigos a priori de los palestinos) de antisemitas a los sobrevivientes y familiares de víctimas del Holocausto? ¿O servirá esta carta dolorosa y sensata para que cese esta barbarie, para que los israelíes entiendan que no pueden seguir actuando de esta forma irracional y ciega?

¿Tal vez un inconsciente colectivo los empuja a “desquitarse” en alguna forma de las persecuciones, vejámenes y atrocidades del pasado? ¿Y el pueblo hermano, Palestina, se convirtió en el chivo expiatorio? No sé. Se lo dejo a Freud y sus discípulos.

Termino con una reflexión de Antonio Machado: “La guerra es el crimen estúpido por excelencia / El único que no puede alcanzar el perdón de Dios ni de los hombres. ¿Mientras la guerra exista / quién sembrará la Tierra?”.

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