MI NIETO MENOR, SIETE AÑOS, llega un día y con una sonrisa de felicidad y la carita iluminada le dice a mi hija: “mamá, nos dieron clase de sexo y ya entendí todo...
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Se trata de una carrera de millones y millones de espermatosaurios , y yo gané... Por eso nací, porque llegué de primero y gané. Por eso estoy aquí”.
Y sí, es así de simple. Venimos de un polvo, ya sea pasional, obligatorio, fruto de los tragos, forzado, suave, romántico, amoroso, pero polvo al fin. Un polvo en que se la jugaron millones de “espermatosaurios” para que llegara uno, el ganador...
Al nacer todos los que hemos llegado a este planeta ya somos ganadores. Como recibimiento, el universo entero es el regalo. Acabamos en polvo...
Desaparecemos, nos lloran un rato, algunos nos recordarán siempre, pero terminamos enterrados o lanzados a una chimenea para ser guardados o esparcidos en el horizonte.
Entre polvo y polvo nos regalan un arco iris de luz. Somos un instante de luz en el cosmos. Breve, brevísimo. Solo tenemos esta oportunidad, como las luciérnagas que brillan un segundo en la noche y luego se extinguen para siempre...
¿Cómo aprovechamos este instante? ¿Esta oportunidad de haber ganado la carrera? ¿Llenándonos de odio y pateando la oportunidad? ¿Acumulando pedazos de papel impreso de nombres diferentes como euros, pesos, soles, dólares, que significan, para el que no lo logra, morirse de hambre? ¿Y para los que los acumulan, llenarse de objetos y creerse importantes?
¿Contaminando el planeta azul para acumular más papeles y poder? ¿ Se nos olvidó la esencia del instante de luz entre polvo y polvo? ¿Se nos olvidó el regalo que recibimos, el regalo de la vida?
¿Se nos olvidó que todos somos hermanos? ¿Que nadie tiene el derecho de matar, de oprimir, de segregar a su hermano?
¿Se nos olvidó que nada es de nadie, que la vida es regalada sin que hayamos hecho nada para merecerla y que sigue siendo un regalo día tras día?
¿Se nos olvidó el amor? ¿El respeto? ¿La alegría? ¿Se nos olvidó que todos, absolutamente todos, llegamos solos, de uno en uno, desnuditos, frutos del polvo y nos vamos después de un ratico solos, de uno en uno, desnuditos para la tierra o el horno?
¿Qué estamos haciendo mientras tanto? ¿Estamos conscientes del instante de arco iris llamado vida que podemos llenar de luz y de amor? ¿Qué estamos haciendo con el regalo más importante, el que ganamos en esa carrera de millones de “espermatosaurios” ?
Entre polvo y polvo no desaprovechemos este instante. No se repetirá. Somos responsables de lo que hacemos con él... ¡De eso depende la alegría y las oportunidades de los polvos ganadores que vendrán después!
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