A VER SI SE CUMPLE ESTE REFRÁN. Reinan muchas expectativas a lo largo y ancho de Colombia. Nuevas caras al frente de alcaldías y gobernaciones, nuevos gabinetes, nuevas esperanzas.
Algunos departamentos van sobrados, como Antioquia. Tanto gobernador como alcalde son de bandera. Me emocioné viendo por el noticiero BBC de Londres el comentario sobre Medellín y su nuevo sistema de escaleras automáticas para acceder a los lugares más complicados. Con éstas y el metro y el metrocable nos dan sopa y seco a las demás regiones. ¡Buena esa, antioqueños! Ahora a continuar la ruta ascendente. Para atrás ni para coger impulso.
En el Valle y Cali quedamos cojos como Pete pata de palo. Un alcalde a todo vapor en honestidad, responsabilidad social, organización y empuje. Damos por sentado que en la capital ni se robarán un peso ni se improvisaran obras. También estamos seguros de que la seguridad mejorará. Pero el departamento anda como títere sin cabeza, o mejor dicho, con cabeza, pues Useche está en entredicho no solamente por la justicia sino por sus capacidades y experiencia para gobernar. Hasta ahora es considerado el títere saltón de Martínez el nunca bien nombrado y Abadía. Los Juan Carlos más nefastos del Valle de Lágrimas. Veremos qué pasa. A lo mejor nos da la sorpresa. Aunque árbol que nace torcido, sus ramas nunca endereza...
Barranquilla de lujo. La Arenosa sigue recuperando su liderazgo como ciudad de empuje, progreso y metas. Las que tuvo perdidas tantos años por la corrupción de sus ediles de turno. Menos mal cesó esa horrible noche y desde hace cuatro años ve un nuevo amanecer. Atlántico también de bandera. Bien por la dupleta caribe.
Cartagena y Bolívar en picada. Por lo menos esos son los vaticinios. Tal vez también, como en el Valle, ocurran milagros. Pero lo dudo. Una tragedia más para este departamento tan segregado y para el Corralito de Piedra, que cada vez ahonda más su abismo entre la ciudad real y la virtual que sale en Hola.
Bogotá con Petro. Los cachacos puros, esos que aspiran las erres y se tragan las eses como en un silbido, los que dicen todavía “naco y patilla”, pues no se lo tragan. No le perdonan que haya militado en la subversión. Ni su cara de “me-lo-sé-todo”. Ni sus comentarios lacónicos y aparentemente cargados de soberbia e ironía. Meto el dedo por él. Me parece un hombre de una sola pieza, vertical y que no tiene pelos en la lengua. Puede que su administración moleste a más de uno, pero de que hará de la transparencia su bandera, estoy segura. Y con eso ya Bogotá estará más cerca de las estrellas. Por Cundinamarca no doy un peso. Ojalá me equivoque. Ojalá no pierda lo que ha logrado el exgobernador González. Un excelente funcionario que ya lo demostró por segunda vez.
Clara López Obregón, una mujer de armas tomar. Logró en pocos meses lo que muchos no habían logrado en años. Bien por ella. Que siga sonando en el sonajero nacional. Bien por Char. También de talla ministerial.
Ahora la bandera tendrá que ser la seguridad. Premisa para todo lo demás. Buen Año. Buenas escobas. A limpiar bien los rincones para que no vuelva a crecer el comején.