Publicidad

Faldas independientes

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Aura Lucía Mera
16 de junio de 2009 - 01:51 a. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

NO ES LA PRIMERA VEZ. NO SERÁ LA única. Eva, Helena de Troya, Cleopatra, La Malinche. Siempre tras una revolución o apocalipsis histórico está una dama.

Celos, intrigas, pasiones, venganzas. No nos salvamos. Vuelvo al futuro Bicentenario, que no es de la Independencia como nos quieren vender, sino del Grito de la Independencia. Que se celebrará en Bogotá porque es la capital y siempre se gana todo. También gritaron en Cali. Medellín. Mompox. El Bicentenario de la Batalla de Boyacá es en 2019. Para que no nos confundan más.

Vuelvo a Santander. Antes de Manuela, siempre hay un antes, Bolívar estuvo de amante amantísimo de Bernardina Ibáñez. Santander era el amante de su hermana Nicolasa. Mujeres fogosas de Ocaña. Al entrar Manuela en escena se dedicó a odiar a Santander pues suponía que éste le seguía alcahueteando a su Libertador los encuentros clandestinos  con “su cuñada”. No reparó la apasionada Manuela en inventar toda suerte de conjuras contra Santander, incluyendo el complot de la famosa noche septembrina. De esa conjura vino el exilio, como corolario, se tiraron el proyecto de la Gran Colombia. Santander se casó después con doña Sixta Tulia Pontón y Piedrahíta y tuvo dos hijas. Murió de cálculos biliares en su casa de Bogotá a los 48 años. Perdiéndose así uno de los hombres más importantes de nuestra historia.

A Córdoba, otra promesa patria, Manuela en un viaje en barco desde Guayaquil trató de seducir al joven y apuesto José María, seducción a la que él se negó pues lo consideró una traición a Bolívar.  Iracunda ante el rechazo, Manuelita envenenó a Bolívar contra el joven, y el resultado fue que lo mataron cuando ni siquiera había cumplido los treinta años. Esta es una de las nueces de nuestra historia, que como todas las que se respeten, se remontan siempre a las faldas apasionadas.

Ojalá para el próximo año las celebraciones incluyan estas historias, las entretelas, y no se vuelvan aburridores discursos patrioteros y amañados. Esperemos.

Afortunadamente la Sociedad Santanderista cuenta con un director de lujo: Juan Vitta Castro, periodista, escritor, historiador, ex diplomático. Designado directamente por doña Cecilia Fernández de Pallini, tataranieta del mismísimo Santander. Es un lujo para Colombia tener a Juan Vitta en el lado de la historia Santanderista. Así nos enteraremos de muchas cosas, verdades tapadas y curiosidades, además de develar hechos fundamentales en nuestro proceso de destete ibérico que nunca se ha dado del todo.

Y volviendo a Juan, creo que uno de los mejores libros sobre el secuestro fue el que él escribió después de que fuera plagiado con Diana Turbay por Pablo Escobar y sus secuaces. Mucho más interesante y emotivo que el que escribió García Márquez, quien simplemente se limitó a narrar lo que le habían contado. Pero cosas de la vida. Salieron casi al mismo tiempo y el Nobel se llevó todas las ventas. El que quiera conocer toda la verdad que consiga el de Juan: Secuestrados. Presiento que este Grito de Independencia será movido, controvertido y fogoso. Como fue la historia real. Me pregunto si en nuestra historia actual no habrá entretelones de enaguas y faldones… No sé.

Conoce más

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.