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No sé por qué, a raíz de este viaje del primer viajero de la Nación, quien no puede ver pasar algo volando sin deseos irreprimibles de treparse, me acordé de algunos refranes. Algunos vienen muy bien para describir la situación que los habitantes de este país bañado en lágrimas y en sangre habitamos.
Antes quiero hacer un comentario al margen. No se necesita ser Sherlock Holmes para darse cuenta de que su no viaje a Suiza fue por pura cobardía de “contradecir a Putin”. Terror y a correr se dijo. La Caravana de Gardel, con cumbiamba incluida y ganas de calentar suecos con sonidos tropicales, tuvo que empacar y devolverse tomando café para embolatar el guayabo.
A propósito, el viaje cósmico de Petro no tuvo ninguna repercusión internacional (me leo todos los periódicos europeos. Más noticia es la foto de Catherine de Inglaterra).
A los refranes:
- “El que mucho abarca, poco aprieta”.
- “A pagar escondite a peso”.
- “Cambio mi vida, vendo mi vida. De todas formas…” (fragmento poético).
- “A buen entendedor, pocas palabras bastan”.
- “El que camina como pato, hace cuack como pato, la c… como pato, es un P... ato”.
- “Agua que no has de beber, ensúciala”.
- “Dime con quién andas y te diré quién eres”.
- “A Congreso regalado no se le miran los dientes”.
- “Nunca se termina una sinfonía de un tamborazo”.
- “Cada loco con su tema”.
- “El que la hace la paga”.
- “Genio y figura hasta la sepultura”.
- “Amor con hambre no dura”.
- “Mucho ruido y pocas nueces”.
- “Del dicho al hecho hay mucho trecho”.
- “A otro perro con ese hueso”.
- “El papel aguanta todo”.
- “Ojo por ojo, diente por diente”.
- “Cría cuervos y te sacarán los ojos”.
- “Más vale un grito a tiempo que 100 vaqueros”.
Y podría seguir y seguir, o inventar otros. Este Gobierno errático, populista, cósmico, que tiene la caradura de traer a niños de Palestina para protegerlos cuando aquí millones se le mueren de hambre, país donde crece el desempleo, la inseguridad, el debilitamiento de las Fuerzas Militares, los atentados, las extorsiones, los desplazamientos forzosos, la angustia de pueblos y veredas, la corrupción rampante, la falta de ética, la polarización exacerbada, los discursos vacíos y sin contenido, en fin…
No criticó por criticar. No estoy en contra de un gobierno de izquierda elegido democráticamente. Veo con tristeza cómo este país, que sí necesita un cambio, eligió precisamente al personaje menos indicado. Ya teníamos su experiencia como alcalde: mediocre y llena de palabrería gaseosa.
Si tenemos un ápice de autocrítica, tenemos que reconocer que el egocentrismo de los candidatos de centro, valga la redundancia, son los únicos responsables de este despelote: la politiquería los enloqueció y en la recta final quedaron un viejito gagá mitómano y malhablado, y el personaje en cuestión; nada que hacer. Ojalá las altas cortes, o como se llamen, logren frenar esta carrera desbocada hacia el desastre total. ¡Todavía me queda un poco de fe!
