Y madres, porque hasta el momento, que yo sepa, se necesitan dos: macho y hembra, la semillita y la florecita. Nadie llega a este mundo por generación espontánea, así como caído del totumo (aunque muchos sí lo parezcan). No me voy a remontar a los chimpancés ni al primer pez-anfibio, ni mucho menos a mencionar a Adán y Eva, el invento más terrorífico de la religión católica. No solo esta pareja se comió la manzana podrida: tuvieron que avergonzarse de sus vergüenzas, tener dos hijos, uno asesino y el otro incestuoso, para que todos heredáramos un pecado original.
Resulta que los que hemos triunfado por llegar de primeros en la...
Conoce más
