En esta degeneración que estamos viviendo como seres humanos, además de llenar de basura el planeta sin importarnos un comino destruirlo, estamos repletos de basura mental. Ya no se estudia historia ni filosofía, muchísimo menos las religiones y los mitos. Los debates políticos se convirtieron en echarse basura uno al otro, el que más sucio quede juega a la víctima y trata de ensuciar más al que lo ensució.
Pero además están dejando en barrios y humedales cuerpos mutilados en bolsas de basura, algo macabro que pasó a ser normal. Zapateiro acusa a Petro de recibir dinero en bolsas de basura sin mirarse los zapatos a ver de qué basura están untados.
“Paraco”. “Asesino”. “Fascista”. “Nazi”. “Comunista”. “Corrupto”. “Ladrón”. “Gonorrea”. “Marica”. “Payaso”. “Gorila”. “Faltón”. “Arrimada”. “Atenida”. “Vándalo”. “Sapo”. “Arribista”. “Chavista”. “Aparecido”. “Falsificador”. “Narco”... y cientos de adjetivos más han sustituido las ideas, los programas de campaña y los debates. Los candidatos parecen todos subidos en un ring de boxeo, pero sin pelear bajo sus reglas, que así se salga sin dientes y descerebrado o cuadrapléjico, tiene sus reglas.
Están en un ring de basura. Quién enloda más al contrincante. Quién inventa más mentiras. Quién descalifica al otro. Los puristas se hacen los estrechos, aunque les quepa un piano, y los “otros” por más que pretendan no convencen de sus buenas intenciones ni de coherencia alguna.
Eso de prometer trenes elevados; de jurar ante notario que no se expropiará nada; de prometer vivienda, carro y beca para todos; de acabar con la corrupción, a sabiendas de que los que ponen votos ya están untados, y si no se untan de nada quienes pretenden ser elegidos, pues no ganan ni el voto de la mamá.
Ningún candidato ha condenado la masacre macabra de Arauca (pierden votos). Ningún candidato ha tocado el tema de los asesinatos continuos de líderes sociales (pierden votos). Ningún candidato ha cuestionado las mentiras de Duque cuando viaja al exterior con su mohín soberbio (pierden votos). Ningún candidato ha denunciado la corrupción rampante en la alimentación de los niños vulnerables (esto no da votos). Ningún candidato habla de los desplazados diarios, de las masacres en Chocó, del desempleo, de la vagancia y corrupción de senadores y representantes (pierden votos). Ningún candidato responde por sus actos cuando fue gobernante (amnesia o pánico de perder votos). Ningún candidato defiende la producción de combustibles y la exploración de petróleo en Colombia, a sabiendas de que si se acaban nos vamos a la mierda —valga la palabra, que también está de moda— (pierden votos).
No escucho, y falta un mes larguito, ningún plan de gobierno que proponga con realismo y factibilidad algún programa que cambie estas estructuras podridas y llenas de basura, ninguno que se ponga orgullosamente la camiseta de la paz, la defienda y se comprometa. Todos están aculillados con las declaraciones del que quieren extraditar a toda costa, ninguno pide la renuncia de Molano.
Ningún candidato se refiere a los militares entrando en política y amenazando ruidos de sable (se pierden votos). Ningún candidato cuestiona de frente las iglesias cristianas, que se llevan toda la plata a sus bolsillos pastoriles, no pagan impuestos y mienten en nombre de Dios (necesitan sus votos).
Soñar no cuesta nada, esperemos que alguno tenga el valor de enfrentar al toro por los cuernos, así pose de antitaurino por votos y por miedo a que lo coja el toro y lo deje tendido en la arena. ¿Quién será el más coherente, honesto y valiente? ¿El que esté dispuesto a botar la basura a la basura?