Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
En una columna de antología en La Silla Vacía, Héctor Riveros renuncia a su cargo como director del Instituto del Pensamiento Liberal, a raíz de que César Gaviria lo acabó de hacer trizas vendiendo sus rezagos al uribismo, acción repudiable y vergonzosa que arrasa con una ideología que logró, durante más de 100 años, defender sus ideas a costa de luchas con miles y miles de muertos para acabar con la hegemonía conservadora y lograr un país más libre y más equitativo.
En su columna afirma sobre el voto en blanco, que “en política es muy distinto expresarse en forma activa que abstenerse”, y nos recuerda a Saramago, en su Ensayo sobre la lucidez, como “una valiosa expresión del disenso a través del cual se promueve la protección de la libertad del elector”.
Sigue Riveros: “Los votantes en blanco tendrán oportunidad de resistir y oponerse a los abusos, y la resistencia y la oposición serán mucho más legítimas si, como en la novela de Saramago, cuando abran las urnas encuentran que muchos ciudadanos escogieron lo que el escritor luso llamaba ‘la casilla mágica, la del voto en blanco’”.
Espero con ilusión el domingo 17 en la tarde cuando se abra esa casilla mágica y se cuenten, uno por uno, sin fraude, los votos cruzados en la opción blanca. La voz de la protesta silenciosa, pero poderosa, que no comulga con ruedas de molino ni traga entero, no se vende a ningún extremo, ambos peligrosos, retorcidos y llenos de mentiras, falsas promesas y represalias.
El voto en blanco cada vez es una opción mas sólida y fuerte. Se expande suave y firme como un bálsamo para los millones de colombianos que no queremos ser cómplices del derrumbe.
Personalmente, votaré en blanco porque:
-Creo en los Acuerdos de Paz.
-Me aterra el cuarteto de Uribe, Ordóñez, Viviane y José Obdulio. Y la ñapa de Popeye, ahora entre rejas, pero firme en sus decisiones.
-Creo en la absoluta libertad de expresión.
-Apoyo incondicionalmente la comunidad LGBT y la respeto.
-Apoyo incondicionalmente la adopción de niños por parejas del mismo sexo.
-Todavía me estremezco al recordar el paramilitarismo y los falsos positivos.
-Tengo pesadillas con las “quemas de libros”.
-Repudio los cohechos, los agro ingreso seguro, las chuzadas, los falsos testimonios y las mentiras.
-Creo que la educación y la salud son prioritarias.
-No me gustan los falsos mesías, los caudillos, los sociópatas, los rezanderos, los que ponen a Dios de testigo para hacer sus maturrangas, los populistas, los arrogantes, los títeres.
-No me arrimo a ningún lado para sacar provecho.
-Creo firmemente en la Comisión de la Verdad y en la JEP.
-Quiero una Colombia que mire hacia delante y no retroceda a la caverna. Un país pluralista donde quepamos todos.
-Invito a todos aquellos que piensan no salir a votar para que manifiesten su descontento y se unan a esta brigada de voto en blanco, para unirnos sin distingos partidistas ni egoístas en torno a un país que queremos ayudar a construir para no dejarles a nuestros descendientes el oscurantismo y la demagogia barata como herencia.
-El voto en blanco mostrará una ruta diferente. ¡No se dejen encasillar!
