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Se despide la Semana Santa. Escribo desde la montaña. La niebla se cuela entre los árboles y sus troncos apenas se vislumbran en grises, como fantasmas de sí mismos, los mismos que en mañanas de sol y cielo azul muestran su poder, macizos, retorcidos o sensuales. El follaje igual, casi negro, sombrío, danzando misterioso con la música del viento vespertino. No adivino de qué hablan, pero los siento comunicarse. Niebla, viento, ramas. Dicen que el viento es la voz de Dios y se necesita mucho silencio interior para escucharla.

Trato de sacudirme los pensamientos y vaciar la mente, pero me zumban como moscas ideas repetitivas y no...

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David(26932)20 de abril de 2022 - 11:37 p. m.
Pensé en ese capítulo del libro sobre Huxley de Alejandro Gaviria que le dedica a la salud, cuánta reflexión nos falta sobre este tema...
Rocio(21165)20 de abril de 2022 - 02:36 a. m.
Aura Lucia, cierro los ojos, la escucho, aprendo y medito. Me ayuda. Un abrazo para este hermoso acompañamiento.
Conrado(86497)19 de abril de 2022 - 11:38 p. m.
¡Qué belleza!Sin palabras. Felicitaciones.
Gloria(31573)19 de abril de 2022 - 10:55 p. m.
La muerte nos encontrará a todos. Una cirugía más , otra menos, solo aplazará lo que sabemos inevitable.
Roberto(46505)19 de abril de 2022 - 09:50 p. m.
Para poder opinar debemos conocer diagnóstico, posibilidad de vida en que condiciones para poder entrar a juzgar a cualquiera de los dos, no pontifiquemos que creámoos más odio y de eso no se trata. tetogome@hotmail.com
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