
“Sergio del Molino narra su propio infierno, cuando a su hijo Pablo, de diez meses, le diagnostican leucemia”: Aura Lucía Mera
Foto: EFE - Juan Diego López
Compro este libro inocentemente. Me encanta leer a Sergio del Molino. Me nutre su prosa sin eufemismos: La España vacía, La piel, Los alemanes. Cómo escribe y describe. Pan al pan y vino al vino. Sin arandelas ni adornos, cautivante. En vísperas del regreso a Cali, en La Casa del Libro, en la calle de Alcalá, encuentro lo que casi nunca aterriza por acá. Cuando me muera, ya sea en la paila (ojalá no muy caliente) o en la nube rosada, lo que quiero es encontrar libros, todos los que jamás podré leer, aunque lo hubiera intentado desde que llegué a este planeta. Días y noches sin interrupción, los miles y...
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