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La muerte de Sefora

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Aura Lucía Mera
25 de febrero de 2025 - 05:05 a. m.
“Gracias, Humberto de la Calle, por estos cuentos y por ser ejemplo en este país arrasado por un polvo cósmico y letal”: Aura Lucía Mera.
“Gracias, Humberto de la Calle, por estos cuentos y por ser ejemplo en este país arrasado por un polvo cósmico y letal”: Aura Lucía Mera.
Foto: El Espectador - José Vargas
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En una entrevista de la revista Cambio a Humberto de la Calle sobre su último libro, Muertes y muertecitas, responde que la idea o el detonante de estos cuentos fue la muerte de Sefora, basada en una historia real y trágica.

No voy a contar la historia, que tiene muchas lecturas y profundas, pero culpo a la Iglesia Católica, que durante varios siglos nos educó en el pecado, la culpa, el terror del infierno y la condenación eterna.

En carne propia viví esta educación. Desde primaria nos repetían que un solo pecado mortal, si lo cometíamos, nos condenaría al fuego por toda la eternidad, y que las jovencitas caían a esta paila hirviente y eterna como las hojas de los árboles caen en otoño. Terror absoluto.

Sefora también siente terror. No se da cuenta de que ella es la víctima; se siente culpable y condenada.

Siguen los cuentos: Cuadrángulo, Para qué los cuernos, Equilátero, Balazo disléxico, El poeta manillero, Fuga sedienta, entre otros, y la carta a un Querido Neandertal.

Por sus páginas desfilan mujeres sensuales, maridos cornudos, amores furtivos, campesinos con suerte, acoplamientos trágicos, violencia machista y política. Ironía, sátira, reflexión y denuncia. Los sucesos son reales. De la Calle les inyecta humor y los enmarca en ficción, muy a su estilo.

Humberto de la Calle jamás se ha deslumbrado con los cargos que ha ejercido. Sabe que sus aportes han sido decisivos para Colombia como constituyente, senador y jefe negociador en el Proceso de Paz.

Vivió en carne propia la violencia en su pueblo natal, Manzanares, nido de godos, por ser su familia liberal e intelectual. Primero se refugió en Pereira y, años después, en Manizales. Ya en bachillerato escribía en el periódico Juventud poemas y escritos irreverentes que fueron causa de su expulsión exprés por el rector Monseñor Marín, quien tuvo que retractarse y permitir su regreso. Su paso por el Nadaísmo fue decisivo. Su amistad con Gonzalo Arango, Fernando González, Jotamario Arbeláez y Eduardo Escobar alimentaron su mente y ampliaron su horizonte ideológico. Filosóficamente, recibió la influencia de Erich Fromm.

Su libro La inverosímil muerte de Hércules Pretorius es la historia de un joven agobiado por su ambivalencia entre la necesidad de la revolución y su aversión a la violencia. También basada en la realidad (puede ser un homenaje a Camilo Torres). Y en Memorias dispersas deja surgir recuerdos y anécdotas en su eterna búsqueda de la libertad de conciencia y la lucha contra el dogma.

Estas Muertes y muertecitas, además de estar bien escritas, nos dejan mucho para reflexionar, recordar y, por qué no, reírnos un poco. La tristeza y el humor van de la mano. La naturaleza del Homo sapiens sigue siempre ese patrón. Cambian lugares y épocas, pero seguimos las mismas huellas. Y la muerte inesperada en cada esquina, mientras nosotros seguimos creyéndonos inmortales y poderosos.

Gracias, Humberto, por estos cuentos y por ser ejemplo en este país arrasado por un polvo cósmico y letal. Usted es uno de los pocos dirigentes que no se han dejado arrastrar. Lo comparo con el ancla en medio del vendaval.

Conoce más

 

María Lucía Caro Caro(6115)26 de febrero de 2025 - 02:03 p. m.
Gracias Aura Lucía, sus lecturas y comentarios son excelentes. Ojalá Colombia tuviera algún día un presidente como de la Calle. De esos caballeros ya casi no se ven,
Heliodoro Velasco(58669)26 de febrero de 2025 - 12:43 p. m.
Hubiese sido de la linea se Belisario Betancourt. Ni fu ni fa. Uno más
Luis Carlos Cortés Murillo(4156)25 de febrero de 2025 - 05:38 p. m.
Humberto de la Calle un hombre integro y honesto, como político son escasísimos.
bernardo cifuentes garcia(19305)25 de febrero de 2025 - 05:15 p. m.
Uno de los tantos Presidentes de Colombia que no lo fueron. Hubiera sido un orgullo en compensación con tantos mediocres que lo han sido.
  • María Lucía Caro Caro(6115)26 de febrero de 2025 - 02:03 p. m.
    De acuerdo. Y siempre he votado y votaría por él.
Jorge Ariza(9730)25 de febrero de 2025 - 04:52 p. m.
De la Calle, es convicción. Basta!
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