No entiendo la alharaca que algunos colombianos ultraderechistas están formando por la solicitud del sacerdote Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad, para conocer los archivos de las FF.AA.
La Comisión de la Verdad no es un tribunal, ni su misión es juzgar ni condenar. Es conocer la verdad de nuestra historia, con sus logros, falencias, excesos y aciertos. Nuestro Ejército, en este más de medio siglo de historia, ha evolucionado, sufrido reveses, cometido arbitrariedades y logrado hazañas heroicas. Es necesario conocer la verdad. Nos hemos alimentado de mentiras, desde Cristóbal Colón.
Recibí un mensaje de chat que afirmaba que Francisco de Roux estaba pidiendo “el suicidio institucional de Colombia. Los ciudadanos tendremos que contemplar el derrumbe inexorable a corto plazo de un pilar esencial del Estado colombiano… Aprobar tal traslado equivale a dar el paso más cínico y contundente, peor que la firma de los acuerdos de La Habana, hacia la destrucción de las Fuerzas Armadas de Colombia”.
“Desde hace años Francisco de Roux es conocido en Colombia por su activismo de extrema izquierda y proguerrillero…, exhibe sin temor alguno su admiración por los jefes de esas bandas criminales”.
Mientras estas atrocidades me llegan, leo con emoción que el Gobierno, las Fuerzas Armadas, paramilitares, empresarios, víctimas, campesinos, guerrilleros e indígenas aceptaron entregar a la Comisión todos los documentos e informaciones que posean sobre el conflicto que vivió Colombia desde 1953 (información tomada de El Tiempo, julio 14/2018).
Reproduzco algunas palabras de De Roux, en su entrevista con El Tiempo: “Queremos contribuir a que Colombia no le tenga miedo a la verdad y que el país encuentre una explicación de sí mismo para poder comprenderse. Para invitarnos a todos a reconstruir un país donde, aceptando nuestras diferencias y comprendiendo la barbarie por la que hemos pasado, podamos levantarnos en paz y con gran determinación. Para un nunca más. Es lo que hicieron y lo que hacen las comisiones de la verdad en el mundo”.
Simplemente, los invito a la reflexión y a preguntarnos una y otra vez por qué algunos le temen a la verdad. ¿Qué les asusta?
Posdata: Felicitaciones a Francia y a Croacia. Equipos formados por emigrantes desplazados, víctimas inocentes de políticas irracionales. Muchachos que han aprendido en la escuela del dolor y la privación, pero que supieron remontarse. ¡Héroes de verdad!