Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Andrew Fagan, Director Diputado de Derechos Humanos en la Universidad de Essex, en su más reciente publicación, con un valor a toda prueba, nos describe en su Atlas de los Derechos Humanos las más flagrantes violaciones a estos derechos en todos los países del mundo.
No trata el autor de desconocer los ingentes esfuerzos que ha hecho el mundo desde el Holocausto y las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial, ni abogar por la utopía de que todos los habitantes del planeta seamos amados, respetados, comprendidos y que nuestros sufrimientos y desigualdades desaparezcan por completo. No. No aspira a crear el mundo perfecto. Pero sí legitimar los derechos humanos, incluso de forma más modesta en el mundo.
Mundo que, por más organizaciones sobre Derechos Humanos, comisiones de investigación, condenas y legislaciones, está muy lejos de acercarse a una pequeña realidad entre lo que se pretende y lo que se ha logrado en estos últimos sesenta años. Da pena, al leerlo, y mirar país por país, que todos los países del mundo, sin excepción, violamos sistemáticamente y sin ningún pudor los mas elementales derechos de nuestros semejantes. Desde los mal llamados civilizados hasta los designados, según nuestros códigos occidentales y capitalistas, como salvajes y bárbaros. La vergüenza es global.
Cito unos ejemplos que Fagan nos muestra con claridad impresionante. Canadá: Discriminación continua y generalizada a su población nativa y aborigen. Dinamarca: Mantener en condiciones casi infrahumanas a los que buscan asilo en su territorio. China: Falta de derechos fundamentales democráticos, detenciones arbitrarias, uso indiscriminado de la pena de muerte, persecución a minorías religiosas, censura en libertad de expresión y tortura. Colombia: Después de más de cuarenta años de conflicto interno, violación de derechos elementales, desplazamiento forzoso, desigualdad social, falsos positivos. Egipto: Persecución de activistas políticos, periodistas, tortura indiscriminada y violencia, maltrato y abusos sexuales a mujeres. Discriminación opresiva a los inmigrantes. Grecia: Persecución y acoso a refugiados e inmigrantes. Muchos son detenidos y tratados de forma brutal. El tráfico de mujeres es incontrolable ante la indiferencia del Estado. Estonia: Persecución y asedio a las minorías lingüísticas, que constituyen el 30 por ciento de la población. Restricciones al servicio social. Condiciones infrahumanas para los prisioneros.
Sigamos en otro párrafo para no ahogarnos. Finlandia: Tratamiento discriminatorio e injusto a los refugiados e inmigrantes. Violencia doméstica generalizada y dejada en impunidad. Honduras: Tratamiento cruel e inhumano para los detenidos. Intimidaciones violentas. Violencia contra la mujer. Alemania: Persecución de la fuerza pública contra los que consideran o sospechan de ilegales, sobre todo contra los sirios y los libaneses. India: Uno de los países mas inequitativos. Se persigue religiosamente a las minorías y la violencia contra la mujer es generalizada y considerada natural. Excesiva brutalidad de la policía contra los civiles. India: Aunque considerada como una gran democracia a nivel mundial, sus millones de habitantes que viven en la ms absoluta indigencia y sin acceso a ninguna seguridad de salud o vivienda lo hace uno de los países mas inequitativos. Se persigue religiosamente a las minorías y la violencia contra la mujer es generalizada y considerada natural. Excesiva brutalidad de la policía contra los civiles. Denuncias sobre torturas y muertes no justificadas. Irán: Condenado a nivel mundial por su continua violación a los Derechos Humanos. La oposición al gobierno es castigada de forma brutal. Los derechos de la mujer son sujeto de crítica del resto del mundo. Minorías religiosas perseguidas y estigmatizadas. Ejecuciones sin juicio de miles de detenidos. Lapidación de mujeres. Japón: Deportación abusiva e indiscriminada de extranjeros acusados de acciones terroristas sin fundamento. EE.UU.: Las detenciones arbitrarias de Guantánamo, las torturas en las prisiones iraquíes, asesinatos y violaciones en Afganistán, vuelos secretos para llevar y torturar supuestos terroristas de un país a otro, la poca o ninguna atención a cientos de damnificados del Katrina....
Como quien dice: “Así vamos, Pedro, y tú cortando orejas...”.
