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Leyendo a Dita Kraus

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Aura Lucía Mera
19 de octubre de 2021 - 05:30 a. m.
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A los 89 años decidió escribir: “Me he puesto al día con mi vida, ya no hay por qué aplazar nada”. Lo leí estremecida, no solo por su historia, la de la niña de clase alta de Praga con una infancia feliz, rodeada de amor, en una casona de habitaciones grandes, ventanas de doble cristal, pisos de parque, vestíbulos y jardines. “Aquellos años donde no hay conciencia del tiempo, cuando el día no tiene fin y el verano parece durar para siempre”. Y al cumplir los 13 años la arrastran con su familia a un campo de concentración.

Pero, repito, no solo es la historia ni el milagro de su supervivencia, su matrimonio, sus hijos, su viudez o sus nietos, sino ese valor heroico de relatar sus emociones y llegar al interior de la introspección. Reconocer que “el lenguaje que conozco no sirve para describir lo que siento. No hay palabras humanas para expresar aquel infierno”.

Su paso por el gueto de Terezin, Auschwitz, Bergen-Belsen y la llegada de los aliados ingleses, que a través de altoparlantes les anunciaban su liberación mientras los guardianes SS desaparecían corriendo, dejando un reguero de cadáveres, de moribundos, en medio de su feroz desbandada. Y ella, Dita, de 16 años, sus padres muertos, libre, sola, sin brújula ni destino.

Transcribo un poco ese intangible donde ella se toca el alma y la hurga y revuelve. Donde el relato llega a aguas profundas, esas difíciles de remover por temor a encontrar ese fondo oscuro que yace escondido.

“No sentía nada. Entendía que lo que estaba viviendo era un horror que iba más allá de la comprensión humana, pero no sentía ninguna emoción. Me movía por encima de los cadáveres, veía mujeres derrumbarse y morir, oía el último suspiro de los moribundos, caminaba entre charcos de sangre, pero no sentía dolor ni pena, ni siquiera por mí misma. Yo existía solo a nivel biológico, desprovista de toda humanidad”.

“Lo que más me llamaba la atención era mi falta de reacción. No sentir repugnancia ni terror acabando de presenciar un acto de canibalismo”.

“Lo único que quedaba era la amistad. Las emociones no estaban completamente muertas, sino enclaustradas en algún lugar humano dentro de mí, ahora inaccesible, pero de algún modo protegido de la pérdida absoluta. Guardé la conciencia de los sentimientos como un recuerdo del pasado. El horror era indescriptible, pero esa vivencia no iba acompañada de vestigio alguno de emoción”.

“Al parecer la naturaleza tiene un modo de proteger al hombre hasta el fin del peor de los infiernos”.

Pienso en ella... y veo su historia en la de miles de colombianos que han sobrevivido a la violencia y al exterminio de sus seres queridos. Las madres huérfanas de hijos, familias enteras que todavía buscan entre fosas comunes los restos de sus desaparecidos. Aquellos que siguen adelante sin una lágrima, ese camino regado con la sangre de sus hijos. Sangre joven llena de futuro, víctimas de un odio demencial de vertientes distintas.

Han podido seguir porque las emociones están resguardadas en algún rincón de sus almas, permitiéndoles sobrevivir a los infiernos que han presenciado. Una armadura intangible los protege y los guía.

Por eso este país desangrado no se rinde y sigue adelante. Porque cuando el horror y el dolor no tienen fondo se transforma en la fuerza para seguir hasta encontrar, procesar y permitir a los sentimientos regresar y así poder llorar.

Posdata. Dita Kraus. Una vida aplazada. La historia de la joven bibliotecaria de Auschwitz. Ya cumplió 90. Vive en Israel. Viaja, recuerda y goza a sus nietos. Sus sentimientos revivieron y ahora le permiten sonreír.

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Conrado(86497)19 de octubre de 2021 - 09:08 p. m.
Los ingleses...la liberación...y Colombia qué...
  • Humberto(12832)19 de octubre de 2021 - 10:12 p. m.
    Colombia qué? 8 millones de desplazados sin que nadie pueda contar su historia. Millones de fincas abandonadas que están ahora en posesión de “gentes de buena fe” que tuvieron el dinero para “comprar” esas tierras abandonadas y notarios que les legalizaran esas compras baratas protegidas por personas que eliminan a los que reclaman lo que tuvieron que abandonar y perdieron.
Alberto(3788)19 de octubre de 2021 - 08:46 p. m.
Estremecedor.
Jorge(66737)19 de octubre de 2021 - 03:05 p. m.
Y Colombia viviendo una tragedia si no igual peor, los voraces gobernantes de turno y su amo actual, desplazando y despojando de sus tierras a los campesinos y cultivadores ancestrales con el fin de acrecentar sus dominios y enriquecerse fraudulentamente a niveles impúdicos llevando a la nación al desastre ético que hoy vivimos.
Manolo(28150)19 de octubre de 2021 - 02:19 p. m.
Extraordinario relato de vida es la biografía de Dita Kraus un recordatorio del nivel de barbarie y vileza a la que puede llegar un régimen totalitario y genocida como fue la Alemania nazi. Lo que preocupa es que aquí no más en nuestras narices tenemos un émulo criollo: el narco-régimen genocida de N. Maduro. Y todavía más preocupante es que en Colombia hay otro émulo: G. Petro. ESTAMOS ADVERTIDOS
  • Felipe(97456)20 de octubre de 2021 - 10:14 a. m.
    No me diga... cuando gobernó Petro? Puede que ud. Nos pueda contar la historia del gobierno de Petro... en qué años fue? No se acuerda que ud. Es cómplice del genocida Uribe? Este siniestro personaje ha gobernado por más de 20 años y tiene demasiados muertos encima! No le pesan? A nosotros si! Degenerado, no saben como quitarse esa sangre que los cubre, hechandole la culpa al que no la tiene!
  • Humberto(12832)19 de octubre de 2021 - 10:20 p. m.
    ¿estamos advertidos? No, lo estamos viviendo y nos hacemos los que no es con nosotros ni con esas gentes arrumadas en las periferias de nuestras ciudades. Esos ocho millones de desplazados son de antes de lo que usted cree que habrá de venir y ni cuenta quiere darse de que es lo que estamos viviendo y no es por el personaje que usted dice. Averigüe de donde viene lo que estamos viviendo.
  • Gonzalo(86653)19 de octubre de 2021 - 09:28 p. m.
    Tenemos varios "emulos criollos", Manolo. El que usted menciona nunca ha tenido el poder; los otros si. Adviertase a usted mismo, que la gente no come cuento.
Atenas(06773)19 de octubre de 2021 - 12:28 p. m.
Ahh, cual derivación de los Diarios de Ana Frank. No cabe dudas de q’ todos esos recuentos del horroroso holocausto cautivan, mas no veo lugar a q’ tal infamia se extrapole con las desgracias nuestras q’ desde la República no tienen fin x cuenta de un centralismo feroz q’ nos atosiga. E igual opina W.Ospina.
  • Gonzalo(86653)19 de octubre de 2021 - 09:29 p. m.
    Apenas; Que son "pareceros"?
  • Atenas(06773)19 de octubre de 2021 - 05:41 p. m.
    Jejejejejeje, este Pacho o Fsco, es la misma cosa, cree q’ me acosa si luego de c/ interesante comentario mío, por eso los mortifica, escribe su sandez con tan horrorosa ortografía. ¿Qué es cayas? le han preguntado colegas suyos del foro y le han sugerido documentarse más pa poder aquí comentar. Pero es tan animal el tal Pacho q’ ni a los pareceros suyos les copia.
  • Francisco(30227)19 de octubre de 2021 - 05:11 p. m.
    ¿Por qué no te cayas?
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