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Los intocables

Aura Lucía Mera

25 de mayo de 2015 - 10:14 p. m.

MADRID. DOMINGO. ELECCIONES de comunidades y ayuntamientos.

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Una calma chicha planeaba sobre esta capital donde una ola de frío obligó a sacar del armario chaquetas y bufandas. La Castellana, La Gran Vía, Alcalá, Velázquez, Serrano, silenciosas, sin ese trepidante y continuo circular de carros...
 
A las ocho y media de la noche, todavía con plena luz de verano, todo fue silencio. Creo que ningún ciudadano se desprendió del televisor...
 
Las noticias iban in crescendo, como en una película de suspenso... Hasta el sábado los titulares de los grandes periódicos le restaban importancia a Podemos, el partido de izquierda y de los descontentos con tanta corrupción y tanta marrulla... Ciudadanos, otro partido nuevo, situado a caballo entre el descontento y la derecha centrista, parecía haber tomado mucha fuerza, y los tradicionales PP y PSOE se consideraban intocables... Con toda la maquinaria y los medios de comunicación a su favor...
 
Ya casi a medianoche explotaron los resultados. PP perdió casi tres millones de votos... El PSOE fue el mayor castigado en las urnas. Con Zapatero empezó el despelote y aquí en España sí tienen buena memoria... Ciudadanos se afirmó como partido, sobre todo en regiones medianas, y Podemos fue la gran sorpresa...
 
Podemos nadó siempre contra la corriente. No tuvo prensa, casi no tuvo presupuesto: peleas intestinas parecían aniquilarlo, pero el descontento de la gran mayoría de jóvenes que están desempleados, familias que han sido desalojadas de sus casas, los recortes en salud y educación, la manipulación de los intocables y la corrupción descarada de sus gamonales lo hicieron crecer en silencio, sin violencia, sin alharacas. Se ha convertido en una fuerza política respetable y que se hará respetar.
 
Estas elecciones serán recordadas en la historia de España, como es recordada todavía la Transición, cuando murió el dictador y se estrenó la democracia. España, desde el domingo pasado, es otra. Empezó el cambio. Ya no tendrá que seguir arrodillada a las órdenes de Alemania ni Bruselas, y la corrupción bajará a “sus justas proporciones”. El PP y el PSOE se verán obligados a pactar y hacer alianzas, y ya dejarán de ser intocables: ninguno tuvo mayoría absoluta en las grandes capitales.
 
La ultraderecha franquista Pepeísta está atemorizada, pues les vendieron miedo durante más de cuarenta años y creen que “los comunistas desharrapados” irán “a por ellos”, para cortarles la cabeza y dejarlos en la calle...
 
La gente normal, la mayoría pensante, honesta, trabajadora, ve como positivo este remezón para los intocables, que se repartieron prebendas, ganancias y poder como en cualquier Frente Nacional. Y se llenaron los bolsillos mientras la clase trabajadora pagaba los platos rotos.
 
Comienza una nueva época. De reflexión. De responsabilidad social. España, en las elecciones de octubre, que serán las definitivas, tiene que tener claro que ni la ultraderecha ni el populismo barato serán la solución. Que tiene que encontrar la brújula con la participación de nuevos partidos y nuevas ideas, y aceptar, quiéralo o no, que la etapa intocable ya tocó fin.
 
PD. Personalmente, deseo lo mejor para este país que amo... Y seguiré, ya desde mi lado del Atlántico, su evolución.

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