UNA SEMANA LLENA DE SORPRESAS. Baltasar Garzón se atreve a acusar al ilustrísimo finado enterrado en el Valle de Los Caídos, monumento impresionantemente grotesco ejecutado por prisioneros de la Guerra Civil, a sangre y fuego, para que El Caudillo pudiera descansar (¿en paz?), de genocida.
Baltasar también se atrevió a ponerle el cascabel al gato intocable y con las uñas manchadas de sangre inocente de Pinochet. Baltasar también empuja investigaciones sobre crímenes atroces en Colombia, Argentina, Guatemala. Baltasar enfila baterías contra Vladislav Reznik, presidente del Mercado Financiero de La Duma y protegido de Putin por sus relaciones cercanas y cuestionables con la mafia rusa y sus negocios non sanctos con España en lavado de activos y otras perlas. Baltasar Garzón tiene los c... del caballo del apóstol y no tiene pelos en la lengua. Que las cosas se aclaren, se juzguen, se condenen o se resuelvan es otra cosa. Pero es de admirar que sin temblarle el pulso mete el dedo en la llaga de heridas profundas que se quedaron marcadas en la amnesia colectiva de la humanidad. Naturalmente lloverán sobre él anatemas, persecuciones, acusaciones y alaridos de rechazo. Todas las defensas deben tener sus alfiles debidamente preparados para negar, minimizar, enredar en términos jurídicos y dilatar procesos. Eso lo sabemos. Pero si existieran más Baltasar Garzón en el mundo, no seríamos cómplices de tanta barbarie, por omisión, ignorancia, miedo o participación. ¡Chapeau!
Sorpresa norteamericana. Collin Powell, quien durante mucho tiempo pasó de agache y se convirtió en esbirro de otro genocida –léase George W Bush– decidió quitarse la careta hierática e inexpresiva que le acompañó tantos años y afirmar ante la prensa internacional, con bombos y platillos, que apoyará de frente la candidatura de Barack Obama y asegura que será “un presidente excepcional”. Demoliendo punto por punto los argumentos de sus republicanos en contra del candidato demócrata, incluso criticándolos de querer distorsionar la biografía de Obama para confundir electores indecisos. El apoyo de Powell pone de manifiesto que la gran mayoría de los estadounidenses se “mamó” del régimen republicano que en ocho años de errores garrafales acabó no sólo con la economía del coloso, sino con la credibilidad mundial en el mismo. Se avecina el puntillazo final para McCain y la Palin, que de “representante” de la mujer media norteamericana se convirtió en el hazmerreír de todos aquellos que tienen un poquitín de sanidad mental. Si gana Obama, él y Powell serían con Luther King los tres hombres afroamericanos más importantes de América. Dios les dé vida a los dos primeros y muchos, muchos años .
Sorpresa en los Países Bajos. Bajo el nivel del agua también la presión se calienta y entra en ebullición: Rotterdam acaba de elegir como alcalde a un musulmán inmigrante: Ahmed Aboutaleb. La extrema derecha se rasga las vestiduras alegando que “es un hombre poco fiable”, descalificando así a este hombre de “atuendo impecable y maneras exquisitas”, de 47 años, hasta el momento Secretario de Estado para Asuntos Sociales. Hijo de un imán marroquí, apodado El Unificador, asume como Alcalde de la segunda ciudad Holandesa, Rotterdam, el puerto más grande de Europa, con el 47% de sus habitantes provenientes de diversos países. Él sabe que no le será fácil gobernar. La ultraderecha está en contra de todo lo que huela a Islam. En cambio para la extensa población marroquí en Rotterdam es una victoria excepcional. Muchos lo recuerdan protestando y pateando las calles cuando un musulmán asesinó al líder ultraderechista Theo Van Gogh, demostrando su desacuerdo con esta acción, y convocando a los ciudadanos a guardar la calma y no dejarse llevar por los odios étnicos.