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Moscas contra el ventanal

Aura Lucía Mera
01 de diciembre de 2020 - 03:00 a. m.

Decía André Malraux, ese narrador y ensayista francés de pensamiento profundo y vertical como una estalactita que cala hondo y se queda pegado en los rincones de la memoria, decía, o se preguntaba a sí mismo: “¿Qué relación hay entre el hombre y el mito que ese hombre encarna?”. ¿Cuál es el verdadero? Se llegan a fusionar o, al contrario, se confunden y convierten en existencias paralelas, como las sombras que jamás se nos despegan, pero no las podemos tocar ni salir de ellas.

Me pregunto lo mismo ahora con la muerte prematura de Maradona, ese ídolo del fútbol, ese ser humano convertido en semidios por la masa, arrasado por ella, aplaudido, esa masa que lo llevó a la cima traidora de la fama escindiéndolo para siempre de su verdadero yo, fracturándolo en pedazos, caído como Ícaro cuando incendió sus alas por querer tocar el Sol.

Pienso en Pambelé, en María Eugenia Dávila, Whitney Houston, Marilyn Monroe, Jimmy Salcedo, Michael Jackson, Amy Winehouse, Philip Seymour y Mike Tyson. Tantos empujados por la inmisericorde multitud que los llevó a la gloria, les permitió tener yates, jets, autos, piscinas, joyas, alabastros, mujeres, hombres, y los condenó a aislarse de su esencia, a olvidarse de sus temores, su soledad en medio del bullicio, sus angustias íntimas que los llevaron a buscar callar dolores internos con el consumo de drogas y alcohol, para poder reírse como Garrick, aquel que “reía en el llanto y lloraba a carcajadas”.

La droga y el alcohol siempre son los triunfadores. Nadie les mete el gol de la victoria. Son las sustancias adictivas las que ganan siempre metiendo los autogoles que necesitan hasta ganar la partida, mutilando vidas y sueños, sin importarles quiénes son sus víctimas, sin distinguir raza, profesión o credo, sin respetar riquezas ni aplausos. El suicidio por sobredosis, la locura, la cárcel, la demencia y la muerte segura son sus metas y siempre ganan la parada.

Tumbas de famosos, mausoleos en mármol, fosas comunes, da lo mismo, el olvido llega, los recuerdos se convierten en cenizas con el pasar de los años y nadie se acuerda de ese dolor interno que vivieron, el infierno en privado de alucinaciones, paranoias, episodios de irritabilidad incontrolable, ataques de culpa y promesas de redención frustradas.

La droga (y el alcohol es una droga líquida, tal vez la más peligrosa de todas por la negación que conlleva) es la que se lleva todas las copas, medallas y condecoraciones. Lo he vivido, he nadado en sus aguas nauseabundas, he buscado la salida de maneras poco ortodoxas, me he quemado las alas y caminado en el infierno. Sé de qué hablo.

Por eso pienso en ellos con infinita tristeza y ternura, seres humanos frágiles y sensibles que no pudieron encontrar la salida, la única que existe, reconocer con humildad y buena voluntad la impotencia ante las sustancias, reconocer que es una enfermedad primaria e incurable, buscar ayuda y permitirla, no consumir por 24 horas y hacer de esas 24 horas el proyecto de vida. Poco a poco, paso a paso, se van encontrando la luz y la libertad, se desatan una a una las cadenas, y ese desierto árido de la soledad interna empieza a encontrar oasis de agua y palmeras, agua limpia y amaneceres claros.

Ojalá la muerte prematura de este hombre de alma solitaria y torturada sirva para reflexionar sobre la adicción. Y que todos aquellos que le aplaudieron nunca olviden quién fue el que finalmente metió el gol.

Posdata I. Los adictos activos somos como moscas dándonos totazos tratando de salir por el ventanal. La salida está hacia dentro, no nos dejemos deslumbrar.

Posdata II. Nunca he pisado un estadio de fútbol, pero siempre recordaré a Maradona atrapado en su autogol. ¡Paz eterna!

 

H. Callejas(4167)01 de diciembre de 2020 - 01:29 p. m.
Solo quien ha vivido ese infierno, puede hablar con autoridad sobre el mismo.
María(17011)01 de diciembre de 2020 - 01:22 p. m.
Aura Lucía muy sabias sus palabras. Si todavía estuviera trabajando como profesora la hubiera ampliado y pegado en una cartelera. La leería con mis estudiantes. Muchas gracias
ERWIN(18151)01 de diciembre de 2020 - 01:02 p. m.
al reconocer tus fallos ,te hace mas fuerte y ygrande .... que la energia y la fuerza te acompañen siempre ...
leunamuno(9808)01 de diciembre de 2020 - 12:34 p. m.
Precioso reconocimiento. Gracias.
leunamuno(9808)01 de diciembre de 2020 - 12:31 p. m.
Precioso reconocimiento. Gracias.
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