Mucho tilín y nada de campanas

Aura Lucía Mera
05 de diciembre de 2023 - 02:05 a. m.

Arranca diciembre. Alegría obligatoria. Endeudarse, regalar cosas chimbas para no quedar mal, atiborrarse de buñuelos, natillas, tortas de pastores. Lucecitas por todas partes, invasión de mendigos con niños alquilados para conmover la compasión de los transeúntes, robos y pillajes, quincenas desperdiciadas, proliferación de camellos, ovejas, musgo sintético, Papás Noeles barbudos, trineos, pinos, bolas de colores, novenas ininteligibles y villancicos destemplados, oraciones y bendiciones, paz, amor, abrazos y sonrisas. En fin, prohibido estar triste y quedarse en la casa.

Me pregunto las mismas cosas cada año, a sabiendas de que jamás tendrán respuesta, pero me las vuelvo a preguntar.

¿Por qué las tres religiones monoteístas son las más violentas? Cristianismo, judaísmo, islamismo. ¿Tal vez porque cada una de ellas sostiene a capa y espada que tiene la Verdad Revelada? Como escribe un estudioso sobre este asunto: “Estas tres religiones continuarán contribuyendo a la destrucción del mundo mientras no cambien su discurso de violencia en los Textos Sagrados y afirmen el poder no violento de Dios”, y dejen ese legado genocida por naturaleza.

Las Cruzadas, la Guerra Santa, la Inquisición, papas guerreros propiciando quemas en hogueras, torturas, matanza de aborígenes para “convertirlos y salvarlos”, racismo, sexismo. Cualquier ley judía permite la violencia para “la erradicación del mal”. La Biblia Hebrea contiene pasajes de violencia, apoya el exterminio de otras tribus. Recuerdo la persecución de los amalecitas, la batalla de Jericó. También el islam y sus Yihads, los Talibanes, las referencias a la violencia en El Corán, los actos suicidas contra civiles porque en el más allá tienen el premio de las once mil vírgenes.

Todas tienen un común denominador: la mujer es el origen del mal. Las tres son religiones patriarcales, machistas, en las que las mujeres deben ser sumisas a sus maridos o condenadas al fuego eterno, la lapidación. El cristianismo no acepta una mujer papa. Eva fue la causante del “pecado original”, se inventaron que a María la preñó una paloma para que no “perdiera su virginidad”. “Parirás con dolor” fue la condena por pecar. A Jesús siempre lo exhiben crucificado y lleno de sangre. Recuerdo a una niña que en diciembre lo vio de bebé en el pesebre y en Semana Santa se lo mostraron clavado en la cruz. Las mujeres judías ortodoxas tienen que usar pelucas. Ningún otro varón puede conocer su cabello. Las musulmanas tienen que andar tapadas de cabeza a pies y nadar con burka.

Me educaron en la oscura tradición católica, la heredada de España y el franquismo. Todo era pecado. “Las almas de las niñas pecadoras caen al infierno como caen las hojas de los árboles en el otoño”. Muchísimas veces tuve que ponerle una espina grandota al Corazón de Jesús. Recuerdo que era un corazón de terciopelo rojo. Terror. Infierno asegurado.

Actualmente, no practico ninguna religión. Llevo una vida libre basada en principios espirituales. Creo en un Ser Superior, en un ángel que me quiere y me cuida, y en Jesús y su mensaje de amor e igualdad.

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Mario(196)06 de diciembre de 2023 - 09:21 p. m.
Ya llegan las corridas de toros para que te sumerjas en ese mundo de principios espirituales de no violencia y respeto
Edgar(40706)06 de diciembre de 2023 - 07:21 p. m.
Lo.
Edgar(22146)06 de diciembre de 2023 - 02:46 p. m.
Aura, deberia de liberarse de tanta carga innecesaria. El mejor antidoto es creer en uno mismo, lo demas es paja.
Ricardo(35219)06 de diciembre de 2023 - 12:00 p. m.
Bella columna y desafortunadamente la realidad de las religiones. Pará ser un buen ser humano hay que ser espiritual no religioso.
Felipe(c4w2p)06 de diciembre de 2023 - 02:19 a. m.
gracias . idem pienso .
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