Sala de espera.
Mientras el tiempo pasa me dedico a ver un programa en la pantalla chica; un concurso de belleza llamado Miss Supranacional 2015. La verdad es que no se quién lo patrocina o en cuál país se compite. El canal se llama ODTV.
Desfilan más de 50 jóvenes vestidas cada una a su manera. Hasta allí todo bien. Un concurso más como los cientos que se festejan en Colombia... Miss Bambuco, Miss Yuca, Miss Joropo, Miss Arepa, Miss Colombia, Miss Feria, etc.
De pronto, ya grabado, sale cada una de las chicas, una colombiana incluida, con calzones tanga o hilo dental, y los pectorales a duras penas cubriendo los pezones, con sendos látigos en la mano, retorciéndose como abrazo de serpiente y meneando trasero o cola como batidora eléctrica. Algunas parecen entrenadas en algún circo o antro con barras.
Definitivamente no entiendo cómo, en pleno siglo XXI, todavía existen jóvenes de ideas cortas y cabellos largos, colas siliconadas y pectorales postizos, que se prestan para ser exhibidas como yeguas en picadero, dando vueltas en una tarima para que las seleccionen.
Ya no se puede culpar a la sociedad machista ni endilgarle la responsabilidad a nadie de estos certámenes. Cada mujer, miss, jovencita, candidata o como se quiera llamar, acude a ellos porque le da la gana. Nadie las presiona. No se trata de esclavas sexuales o de tráfico de mujeres. Simplemente les gusta desfilar como yeguas, mover las colas como los pavos, hacer pucheros con la boca y menear la lunga cabellera.
Cambio de canal un poco asqueada. Entro a la sala de recuperación. Veo hombres, mujeres y niños saliendo de la anestesia, algunos con mascarillas de oxígeno, otros conectados a drenajes, todos esperando salir del letargo para poder retomar en pocos días su vida normal.
No sé por qué pienso en las jovencitas del Supranacional. Ojalá cayeran en cuenta que la vida es un instante, y que lo dedicaran a otras cosas más importantes que exhibir traseros y pectorales siliconados y retorcerse con un látigo en la mano. Pienso que estos concursos deberían prohibirse. Les doy esa idea a los que defienden el derecho de los animales: allí tienen más de 50 potrancas que pueden ser maltratadas y no se lo merecen. ¡Ellas sólo quieren triunfar!
Posdata. Abro Facebook muy de vez en cuando. Tengo otros medios para comunicarme con las personas cercanas. Leo un comentario y creo que alucino: “Prefiero muchos años de guerra con Uribe que un solo día de paz con Santos”. Me pregunto: ¿hasta dónde hemos llegado con la polarización? Recomiendo al que expresó esta perla que lea, por lo menos, perdonar lo imperdonable de Claudia Palacios, y que sólo por hoy piense en que podemos vivir sin odios y en paz.
Segunda posdata. Escuché en una misa que el Espíritu Santo era mujer. Estoy confundida: ¿No fue el mismo que embarazo a María? ¡Auxilio!