Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
MILES DE QUITEÑOS CONGREGADOS en la plaza del arbolito, parque situado en ese límite mágico que es el puente entre la ciudad antigua, colonial, patrimonio de la humanidad, y el Quito moderno, pujante, de edificios de cristal, hoteles de cinco estrellas, restaurantes gourmet y apartamentos lujosos.
Miles de quiteños con pancartas, banderas, camisetas negras congregados para protestar contra las nuevas leyes que están a punto de ser aprobadas y coartan la libertad de expresión, el derecho libre a la educación y la cultura.
Participé en calidad de observadora. No tengo idea si me hubieran sancionado o arrestado de descubrirme. Los colombianos, sobre todo periodistas, ya nos dimos cuenta de que no somos bienvenidos por el actual régimen. La revista Semana y la prensa colombiana no están autorizados a ingresar en los puntos de venta de hoteles y supermercados. Es gracias a internet que un país se puede comunicar libremente con el otro.
Las consignas fueron fuertes. Se inició la protesta con las notas del Himno Nacional y las banderas patrias enarboladas contra el viento. Posteriormente, desde la tarima que reunía periodistas, ex generales, empresarios y estudiantes se lanzaron las proclamas. “No queremos. No nos da la gana. Ser una colonia venezolanaaa”; “Democracia Sí. Dictadura No”; “Abajo las mordazas... Quito no se ahueva. Carajo”; “Fuera Correa… Fuera”...
Honestamente creo que este es el comienzo para serias y definitivas dificultades del presidente Correa. El pueblo que votó por él se siente engañado y traicionado. Y no se trata de la clase dirigente, llamada por él vulgarmente “Los Pelucones” (en recuerdo a las pelucas que portaban los señoritos en la época colonial). Ecuador está unido. Si algo une a este país es la obsesión por la libertad de expresión. El rechazo por las mordazas a los medios de comunicación. Es el cordón umbilical que ata en nudo gordiano a los habitantes de este país, ya sean serranos, costeños, indígenas, clase media o clase empresarial . Ecuador es un país que nunca se ha dejado meter gato por liebre en este aspecto. A Correa se le fue la mano al pretender dominar los medios y controlar la vida, honra y bienes de todos los ciudadanos. Ya cientos de cubanos especializados en espionaje individual han llegado al país. Ya están censando inmuebles para averiguar cuántas personas viven en cada uno de ellos. Se reparten formularios preguntando por ingresos, preferencias sexuales y religión de cada persona. Ecuador se siente amenazado y amordazado en su intimidad. Y esto no se lo van a perdonar jamás.
Traigo a colación algunas frases de Galo Plaza Lasso cuando fue presidente de este país y ratificó el derecho sagrado a la democracia y derecho de expresión de cada uno de sus ciudadanos. Vale la pena recordarlo en este momento de crisis individual que amenaza al país. “La fuerza de la democracia está en la libertad de la discusión, mientras los sistemas totalitarios se fundan simplemente en la fuerza y la propaganda”; “El respeto del gobernante por los gobernados es tan esencial como el respeto de los gobernados al gobernante”; ”La ciudadanía tiene el derecho a saber qué planes y proyectos tienen sus gobernantes”; “El ciudadano tiene el derecho a esperar que no sea alterada la estabilidad de su gobierno…”.
