Para reflexionar

El papa Francisco latiga a los adoradores del becerro de oro de este siglo XXI.

Pide perdón por los abusos de pederastia de sus sacerdotes... Pero parece que los abusos de las monjitas con las niñas no existieron... Es un pontífice humano, de carne y hueso, y no embalsamado y lejano como los anteriores... Lástima que no acabó con los Legionarios de Marcel, manada de fanáticos y corruptos... Ojalá tenga al Opus en cintura. Otra secta tenebrosa...

Caigo en cuenta de que el Eln tuvo su origen en Juan XXIII, que revolcó la Iglesia y con su encíclica Populorum Progressio mandó a los curas a trabajar por la justicia social y los campesinos... De ahí que aterrizaran en nuestros montes los curas Laín y Pérez, luego Camilo, el nuestro, y algunas monjas: ellos iniciaron con altruismo su trabajo con los campesinos y, al ver que la represión y los asesinatos estatales eran feroces, se alzaron en armas y poco a poco se degeneraron, convirtiéndose ellos mismos en victimarios de los que querían redimir...

También estoy convencida de que Manuel Marulanda en sus comienzos con su grupo de hombres estaba empeñado en lograr un país más justo y una distribución de tierras más equitativa... Jamás desde el centralismo le pusieron bolas y todos sabemos en lo que han terminado convertidas las Farc: minas antipersonales, collares bomba, secuestros, asesinatos, torturas a inocentes, narcotráfico... Y todo ese rosario de sangre que han regado a lo largo y ancho del país.

Poco después nacen las Convivir, luego convertidas en Auc, y el terror y la sangre se esparcen como la gran metástasis del genocidio colombiano. Empresarios.

La Unión Patriótica nace de un acuerdo de paz, pero la ultraderecha la aniquila, uno por uno, segando de tajo y enviando cadáveres por los ríos esa posibilidad de gobierno pluralista y de una convivencia democrática y pacífica...

Ahora son las bacrim: rastrojos y deshechos que dejaron esas falsas desmovilizaciones y que no se paran en delicadezas.

En estos días de ocio, ya que casi nadie reza ni acude a las iglesias a escuchar los sermones de las Siete Palabras que duran horas, sugiero leer aquellos autores que nos cuentan la verdad de lo ocurrido en Colombia. El baile rojo de Yezid Campos Zornosa, Por las sendas de El Ubérrimo de Cepeda y Uribe, Los escogidos de Patricia Nieto, La dignidad campesina de Alfredo Molano y tantos otros que nos devuelven la memoria.

Por lo menos, no nos seguirán metiendo elefantes sin que nos demos cuenta.

Simplemente, esta es una invitación a reflexionar y a luchar, esta vez sí, por la paz. Desde ahora anuncio que votaré por Juan Manuel Santos. Por lo menos me asegura la continuación de un proceso de paz. De la restitución de tierras, de darle la voz a las víctimas. Cosas que ni el carismático títere del Ubérrimo, ni la ficha de la godarria azul de metileno, léase Marta Lucía, harán. Y no estoy segura de que Peñalosa lo logre, aunque me gusta y lo admiro.