COMO LA LUNA QUE SE VA ACERcando cada día a su cenit, hasta brillar con su fuerza plateada, así, poco a poco vamos saliendo de estos días de fiesta, música estridente, contoneo de caderas, orejas, oles, palmas, trajes de luces, manjarblanco, tortas de pastores, arroces atollados y paellas... con calma nos vamos acallando lentamente para hacer contacto de nuevo con nuestro interior, pues es bien sabido que “hacer silencio dentro de nosotros mismos es permitir que Dios se acerque a nuestro lado”.
Las bolas de colores se quitan de los árboles nevados. Los reyes magos vuelven a sus cajas, las mulas, las ovejas descascaradas y el niño, con un pierna de menos, se envuelven en periódico, vuelven a sus cajas y se meten en el cuarto del bochinche. La lavadora ruge día y noche limpiando sábanas y toallas, manteles y servilletas. Buñuelos ya tiesos se arrojan en el tarro de “orgánicos” y de nuevo aparecen la leche de soya y el jugo de naranja en su sitio de honor.
Vamos descubriendo otra vez la magia del silencio y la música del viento mientras la adrenalina apelotonada se va esfumando con cada atardecer hasta dar paso a la quietud y al reposo interior. Los libros vuelven a ser los principales huéspedes y con cada página la imaginación vuelve a soñar.
Se acerca el Hay Festival, que después del aperitivo musical con que abre el año Cartagena, nos llega lleno de páginas en prosa, poemas, cuentos infantiles, conversatorios y charlas. Decenas de autores, críticos, periodistas, estudiantes, empresarios, adolescentes y mayores se preparan para la cita de letras que nos alimenta el alma. Cuatro días en los que se olvida lo urgente para darle paso a lo verdaderamente importante: nutrir el espíritu, abrirles campo a las ideas, gozarse la cadencia de las palabras, descubrir mundos insospechados. En suma, crecer.
El plato fuerte: Philippe Claudel. El escritor francés, autor de La nieta del señor Linh, El informe Brodeck y Almas grises, verdaderas obras maestras, tanto por su prosa como por esos mensajes que sacuden los sentimientos más profundos e íntimos del lector. Sus constantes navegan entre el respeto, la tolerancia, la culpa, la memoria y la esperanza. Ganador de varios premios internacionales y autor y director de la película Hace mucho que te quiero, galardonada como mejor película extranjera en el Festival de Berlín de 2009.
Claudel, francés controvertido e independiente. Profesor de antropología cultural y literatura en la universidad de Nancy y, por voluntad propia, también profesor en la cárcel de Nancy. Rehúsa vivir en París, pues sostiene que mientras el mundo evoluciona, Francia se niega a revisar su historia logrando “que los inmigrantes ni se identifiquen con Francia ni con sus raíces, llevando al país a una situación explosiva”.
Lamenta públicamente y como profesor la inexistencia del diálogo entre estudiantes y gobierno.
Un plato fuerte que sin duda alguna dejará su huella. Desde ahora bienvenido a Colombia, Philippe Claudel.
