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Me escandalizo. Lo reconozco. La "salida", por ponerle un calificativo ortodoxo, de Pacho Santos respecto a las marchas de los estudiantes es estremecedora.
Recuerdo, hace años, cuando Pacho era un hombre de ideas liberales, defensor de la libertad, batallador incansable, a través de la fundación País Libre, contra el secuestro, un hombre cordial, repentista, sin mucho vocabulario ni facilidad de expresión, pero un hombre decente. Hijo de Hernando. Imitador de su padre en muchas cosas, sin jamás llegarle al tobillo, pero descendiente de una casta que por muchos años mostró independencia y dirigió los destinos nacionales. Se decía que El Tiempo nombraba y destituía presidentes.
Ya nada queda de esas épocas. El Tiempo se convirtió en material propagandístico de Editorial Planeta. Su meta era apoderarse, a como diera lugar, del tercer canal de televisión. Por eso se arrodilló sin pudor ante el gobierno Uribe y admitió en sus páginas editoriales a fascistoides de provincia como José Obdulio o Fernando Londoño. A Plinio Apuleyo Mendoza quien, de un momento a otro, olvidó sus ideas de izquierda y se convirtió a la derecha furibista, olvidando que en sus genes corre sangre roja y batalladora. No dudó en clausurar la revista Cambio porque en sus páginas se destapaban ollas podridas y se quitaban máscaras. Perdió su brújula y su norte. Ahora Planeta empaca maletas porque se quedó sin Canal y Sarmiento Ángulo se apodera del botín. De El Tiempo no queda nada. Aquellos Tiempos pasaron a la historia.
Pero lo más vergonzoso es que Pacho Santos hubiera caído en el lavado mental de los fascistas colombianos. Los de la ultraderecha, los que ejercen una mano negra y peluda sin reato ni sonrojo. Sus excusas no sirven de nada. Cayó la máscara. Quedó sepultado el antiguo Pacho. Aquel batallador por la libertad. Aquel hombre cálido y repentista. Como Míster Hyde, salió una personalidad oscura, represiva, absurda, digna de su mentor y jefe durante ocho años, digna de sus otros mentores Bush, Blair y Aznar.
RCN lo debería sancionar. Pero esto es aspirar a un imposible. El castigo es que nadie vuelva a sintonizar esta emisora cuando Pacho ‘el nuevo’ salga al aire. Los estudiantes han dado muestra de que sí tienen sangre en las venas, de que sí pueden protestar pacíficamente, de que desean una educación incluyente. El presidente Santos tiene todo el derecho —y se necesitan cojones— para retirar el proyecto. Sabe que en la educación está el nudo gordiano de nuestra historia y que en esto, así tenga que dar marcha atrás, no se puede equivocar.
No, Pacho-Facho. No es descargando voltios en la juventud como Colombia va a salir adelante. Su primo presidente le acaba de dar una lección de valor, una muestra de que lo que verdaderamente le interesa es Colombia. ¿Será que, ahora que el furibismo ultrafundamentalista cae en picada y Colombia se salva por un pelo, a usted le parece que las uvas están demasiado verdes para que las vuelva a alcanzar?
Réquiem por El Tiempo. Ojalá Roberto Pombo ,a quien admiro, se salga a Tiempo de este medio y encamine su habilidad periodística en otros rumbos. Pacho, estás a Tiempo, cierra la boca, lávate el cerebro con detergente, olvida tu pasado reciente y vuelve por tus ideas originales. Sólo así, en el campo de los afectos, te podremos, de nuevo, reinsertar.
