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“La mujer incierta”


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Aura Lucía Mera
06 de agosto de 2024 - 05:05 a. m.
"Piedad Bonnett, con este libro, logró ya remontar el vuelo como el águila, imparable, fuerte. Se reconoció en todas las mujeres que ha sido y seguirá siendo, armando ese rompecabezas infinito que somos desde el nacimiento hasta la muerte" - Aura Lucía Mera
"Piedad Bonnett, con este libro, logró ya remontar el vuelo como el águila, imparable, fuerte. Se reconoció en todas las mujeres que ha sido y seguirá siendo, armando ese rompecabezas infinito que somos desde el nacimiento hasta la muerte" - Aura Lucía Mera
Foto: EFE - Rodrigo Jimenez
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“La importancia no es lo que hacemos de nosotros, sino lo que hacemos nosotros mismos con lo que hicieron de nosotros” (Jean-Paul Sartre).

Piedad Bonnet, en La mujer incierta, llega como una bomba explosiva. Rompe tabúes. Quita máscaras. Hurga llagas. Remueve recuerdos. Toca temas intocables. Cuestiona pudores ancestrales. Rasga vestiduras. En un ejercicio de introspección y de revisión y ordenamiento de lo que eran partículas sueltas de su vida.

Me llega por correo con una dedicatoria que me toca el alma. Sin saber todavía que cada página me va a sacudir como un tsunami. Una batidora interna empieza a revolverme por dentro. Flashbacks de recuerdos, de sensaciones, de temores, rebeldías, terrores. Mientras Piedad comparte sus espacios interiores y su corazón, a mí me taladra los míos.

Qué honestidad. Qué generosidad de espíritu. Qué fuerza volcánica que quema y purifica. Qué sacudón. Su historia única e intransferible también es la nuestra, de mujeres de generaciones anteriores, la mía, la suya, la de millones de mujeres que se atrevieron a rebelarse ante arquetipos para buscar y seguir su verdad, ese único patrimonio que tenemos y que tantas y tantas y tantas no logran encontrarlo ni defenderlo, desde que el mundo es mundo y las Evas llegamos ya condenadas de antemano.

No quiero ser spoiler, solo les comparto que en dos días, como en el juego de OA, “sin moverme, sin reírme, sin hablar”, terminé el libro y quedó subrayado, manoseado, con las páginas dobladas, usado, casi como esos billetes viejos.

Le escribo un mensaje diciéndole que su libro me ha llevado a revivir cosas que creía tenía sepultadas, a preguntas que juré nunca me volvería a hacer, a sentir de nuevo cosas que ya descansaban en paz en lugares remotos de mi memoria, a revivir esa rebeldía desde la infancia que me llevó a mandar todas las cosas y normas al carajo, a esa angustia remota que me empujaba a buscar la libertad sin normas, a las arqueadas solitarias para salir de temores y rechazos, a volver a oler ese “aroma” rancio de las monjas, a sentir que Dios me hacía señas desde los vitrales de la capilla del colegio para llamarme, y yo me negaba convencida de mi pecado mortal y de culpa.

Esos silencios pesados, esos temas de los cuales no se podía hablar, ese mirar a los “hombres” con una mezcla de pánico, deseo y asco porque nos habían enseñado que “eran peligrosos”, la “regla”, las “tetas”, “los espermatozoides”, “el órgano”. Todas palabras que sonaban feas y sucias. “No se toquen, sus cuerpos son el hogar del Espíritu Santo, cuidadito”.

Los enamoramientos que se quedaron anclados en el romanticismo porque lo corporal era feo. El matrimonio que se hace trizas por “no cumplir el débito”.

En fin, tantas cosas. Piedad, con este libro, logró ya remontar el vuelo como el águila, imparable, fuerte. Se reconoció en todas las mujeres que ha sido y seguirá siendo, armando ese rompecabezas infinito que somos desde el nacimiento hasta la muerte.

No es un testimonio ni femenino ni feminista. Es un compartir salvaje y crudo, tierno y lleno de humor. Un parto emocional y honesto que abre ese camino complejo y misterioso que muchos seres no se atreven a compartir.

“La que me ha pedido aparecer en estas páginas es sobre todo La mujer incierta, una que sigue existiendo dentro de mí, debajo de todas mis capas. Pero hay otras, algunas de las cuales no aparecen aquí o no aparecerán jamás”.

Conoce más

 

Luis(4156)07 de agosto de 2024 - 02:49 a. m.
Gracias por su columna Sra. Aura Lucia, muestra su carácter rebelde e indómito que, creo, la ha caracterizado siempre.
FERNANDO(sv6gc)06 de agosto de 2024 - 11:58 p. m.
Aura Lucía y Piedad, sus columnas de los martes y domingos respectivamente son los antídotos para los estados de ánimo que tengo a veces bajitos e hipócritas .Mil gracias por darnos estos fármacos espirituales.
Eduardo(27855)06 de agosto de 2024 - 10:10 p. m.
Gracias de nuevo por sus columnas y en particular por esta de hoy. Formidable reseña.
Eduardo(43174)06 de agosto de 2024 - 09:04 p. m.
Insuperable manera de atender con maestría la curiosidad de cualquier lector sensible a la condición humana. Gracias por escribir sobre este libro que leeré montado en la motivación que me produjo su escrito.
Lucila(60806)06 de agosto de 2024 - 05:47 p. m.
Todas las mujeres,de todas las edades y condiciones,estamos enviando a Piedad,con tus palabras,nuestro reconocimiento,admiraciôn,afecto y el orgullo de ser una de esas mujeres retratadas en su formato de MUJERES. Gracias Aura Lucîa,por tan hermosas palabras y gracias Piedad por existir. Todas somos inciertas en sus certezas.
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