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“Detrás de la rigidez siempre hay algo oculto, en muchos casos, una doble vida”. Papa Francisco.
Dedico la semana de pasión a leer, sin ningún prejuicio y lentamente, las 635 páginas de Sodoma, el libro del escritor, sociólogo y periodista francés Frédéric Martel, quien dedicó cuatro años de su vida a investigar, viajar por más de 30 países, entrevistar y grabar con plena autorización a cardenales, obispos, sacerdotes, seminaristas y laicos para lograr publicar Sodoma simultáneamente en ocho idiomas y en 20 países con la colaboración de las más importantes editoriales del mundo.
Como dice en una de las solapas, “Sodoma es un libro con un claro mensaje de parte de todos los que anhelamos una Iglesia inspirada en los Evangelios, una Iglesia para los pobres, los marginados y los desposeídos (…) Este libro revela una verdad que es tan extraordinaria como perturbadora”.
Me asomo por la ventana de la casa de la montaña, cae la tarde y una lluvia con niebla gris baja lentamente casi en sollozos. Siento que me invade una tristeza infinita. Jesús ya crucificado por su mensaje de amor e igualdad, compasión y servicio, y la última página de Sodoma ya leída.
Un libro testimonial que pone de manifiesto el valor, la entereza y la decisión irreversible, cueste lo que le cueste al actual pontífice Francisco, de depurar, limpiar y devolverle a la Iglesia su sentido de existir. Así le toque vivir y compartir entre la jauría de lobos más feroces, que son los que ostentan los cargos más altos y viven como verdaderos príncipes en apartamentos suntuosos, derrochando millones, coleccionando capas de armiño, joyas, carruajes, posando de homofóbicos, declarándose enemigos acérrimos de los homosexuales o gais mientras llevan una doble vida de lujuria, amantes escondidos, orgías y derroche, comprando prostitutos o mancebos para dar rienda suelta a su lascivia descontrolada y llena de culpabilidad, mentiras e hipocresía, mientras manejan los hilos más fuertes del poder del Vaticano.
El libro se centra básicamente en los pontificados de Pablo VI, Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco. Desde que empezaron a filtrarse rumores, escándalos y Vatileaks, hasta que estalló todo como una bomba de hidrógeno al abdicar Ratzinger cuando se le salió de las manos.
Creo que es un libro escrito con la verdad. Sin especulaciones. Sin ánimo de escándalo ni morbosidad (eso ya depende de la mente de cada lector). Un libro que no va contra el catolicismo ni la religión en sí, pero que denuncia la decadencia, la doble moral y la corrupción de los más peligrosos jerarcas y del más alto rango.
Un libro que todo católico debería leer. Amor y fe no quitan conocimiento. Es peor seguir tapándose la cabeza y no mirar qué es lo que realmente está sucediendo. Si los católicos practicantes no reaccionan ante estas vergüenzas es que se merecen el final apocalíptico de la que alguna vez, muy en sus inicios, fue la encargada de difundir el mensaje de Jesús, el rebelde de Nazaret: ¡amor, equidad, perdón, reconciliación y paz!
Miro por la ventana. Salen de la iglesia, hacia la lluvia, campesinos del corregimiento, los que aman al verdadero Jesús y no saben lo que sucede. Ellos se merecen esta revolución. Su fe sigue intacta. La fe en ese mensaje de amor.
Posdata. Gracias, Frédéric Martel, por su valor y objetividad. Para el papa Francisco no tengo palabras. ¡Está luchando contra Sodoma para llevar a cabo en el Vaticano la verdadera revolución y recuperar el verdadero sentido de esta religión!
