Soñar es fundamental

Sergio Fajardo, el “indignado” profesor de matemáticas, ahora gobernador de Antioquia, está realizando la verdadera revolución. La educativa.

En la inauguración de la Primera Cumbre Nacional de Educación, en Medellín, hipnotizó a los más de 11.000 asistentes.

Me cuentan que al terminar su intervención recibió un aplauso cerrado y emocionado. Como dirían los críticos, una standing ovation que se prolongó durante casi 10 minutos. Un merecido y apenas justo homenaje a quien está poniendo en práctica la verdadera y única revolución.

Para Sergio Fajardo, en reportaje a este diario, la famosa “cátedra de paz” que se acaba de aprobar es “pura carreta”. Dice, con toda razón, que ya suficientes materias tienen los estudiantes para añadir más cosas.

Recuerda “que la educación no daba votos” a los políticos de antaño, que deben ser los de ahora. Pero terco y constante siguió con su lema de que “soñar es fundamental para poder avanzar”. Y así, soñando, ha logrado volver realidad estos sueños. El tema de la educación siempre ha sido su caballito de batalla, y como Quijote, buscando esa estrella inalcanzable, le ha tocado enfrentarse a más de un molino de viento, no tan de viento, sino librando batallas contra el escepticismo, la corrupción, la politiquería. Batallas que va ganando y que están calando en la conciencia nacional.

Su Plan Maestro de Infraestructura Educativa ya es un hecho. Ha entregado más de 350 obras de las 700 que entregará al final de su mandato, traducidas en nuevos colegios, buenas instalaciones, tableros, internet y 80 parques educativos que se convierten en el centro de reunión de docentes, alumnos y familias, haciendo de las escuelas rurales el eje de las veredas.

“En Colombia, el mundo rural ha sido abandonado. Las escuelas rurales han estado, durante más de medio siglo, atrapadas en la violencia. Y la meta es que cada escuela rural se convierta en un punto clave para el posconflicto”.

Primero que todo, su empeño es devolverle la dignidad a los maestros, durante tantos años olvidados. “Los maestros son todo en un pueblo”.

A Sergio Fajardo le importan un comino las “pruebas Pisa”. “En el campo ni siquiera saben qué es eso”. Para él la educación es sinónimo de calidad de vida, y por eso lo más importante, además de fortalecer a los docentes, es invertir en vías de acceso dignas para que los niños y jóvenes no tengan que caminar entre charcos de barro y derrumbes hasta la escuela.

Ojalá este ejemplo del gobernador de Antioquia lo siguieran todos los mandatarios departamentales. Que comprendieran, al fin, que sin educación no existe futuro, mucho menos este país que parece condenado a seguirse matando, extinguiendo la esperanza de las nuevas generaciones.

P.D. Vergüenza deberían tener los colombianos que siguen torpedeando el proceso de paz, alcahueteando las mentiras, las manipulaciones y las instrucciones de un personaje que debería estar en un manicomio o en los estrados judiciales, respondiendo por sus actuaciones.