La ovación cerrada, de pie, que recibió y despidió el conversatorio con Humberto de la Calle, Sergio Jaramillo y David Bojanini, moderado por Ricardo Ávila, en el Teatro Adolfo Mejía en Cartagena el sábado pasado, es muestra contundente de que SÍ queremos la paz.
Existía una cierta incertidumbre... La polarización extrema podría manifestarse con abucheos... La extrema derecha sigue viendo a Santos como un bandido vendido a los terroristas... No saben ya qué epítetos inventar ni qué falacias difundir... No aceptan argumentos, ni abren sus mentes, si es que las tienen...
La mayoría de los opositores vive en la opulencia. Jamás han visto una gota de sangre derramada; la única familiar es entre las mujeres la de sus periodos, cada vez más asépticos y ocultos. No conocen ni les interesa conocer ninguna víctima, a menos que salgan en Jet Set. No saben quién es Claudia Palacios y ni por el chiras se van a leer su libro. La tragedia colombiana no los toca, pero sí les aterra la sola mención de la palabra Paz. Tal vez teman que sus ritmos de vida se trastoquen un poco, y de pronto los enemigos les corten el cuello, perfumado. O les arruguen los linos importados.
No es coincidencia que todos los escritores, economistas y poetas que han acudido a la cita anual del Hay Festival estén de acuerdo en que Colombia no puede dejar pasar esta única e irrepetible oportunidad. Que todos tenemos primero que perdonarnos individualmente y reconocer nuestra participación en esta confrontación para poder, entre todos, empezar a construir un nuevo país, más equitativo, más tolerante, más justo. Diferente del que hemos vivido durante más de medio siglo. Así nos tome otro medio siglo lograrlo.
Los cambios no suceden de la noche a la mañana. Pero un buen primer paso es definitivo para el largo camino que nos queda por recorrer. Así como la violencia y la sangre no nos llegó de repente, sino que fue creciendo y desbocándose durante tanto tiempo, así tendremos que ir sembrando esta nueva forma de vivir y relacionarnos que estamos a punto de iniciar.
Como afirmó Alejandro Santos: “La guerra es el fracaso de las palabras... Entender la tonalidad de los grises es la reconciliación”. Y Bojanini: “La paz se firma en La Habana y luego la empezamos en Colombia... Se necesita acabar con el paternalismo e incrementar la inversión social... La paz es responsabilidad de todos y cada uno de los colombianos...El principal enemigo del proceso de paz es la corrupción...”.
Otros highlights del Hay Festival fueron Thomas Picketty, quien revalúa las tesis económicas en su libro El Capital del SigloXXI. Jorge Lanata, en su intervención “Periodismo en los tiempos del cólera”. Johan Hari, joven periodista inglés que ha recorrido el mundo entero y nos da una nueva visión de la lucha contra las drogas en su libro Tras el grito, haciendo énfasis en que la realidad jamás es como nos la presentan los medios de comunicación. El venezolano Alberto Barrera Tsyka con Patria o muerte, el japonés Takashi Hiraide con El gato que venía del cielo, y el doctor Arnoldo Kraus con El dolor de uno, dolor de todos.
Éxito total de este Hay. Economía, paz, literatura, poesía, música y miles de asistentes. El Corralito de Piedra a reventar. ¡Felicitaciones!