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Aura Lucía Mera
25 de mayo de 2010 - 05:07 a. m.
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ESTE DOMINGO PODREMOS DEcidir libremente, si se puede hablar de libertad en un país lleno de maquinarias, prebendas, chantajes, manipulaciones y componendas electorales...

ESTE DOMINGO PODREMOS DEcidir libremente, si se puede hablar de libertad en un país lleno de maquinarias, prebendas, chantajes, manipulaciones y componendas electorales, si nos da la gana, votar por el continuismo de un gobierno que fracasó estrepitosamente en sus mayores retos: salud, agro, vías, vivienda, inversión social y gobernabilidad, y que nos ofrece más guerra, más presupuesto en armas, más de lo mismo, incluyendo en “lo mismo” el clientelismo, la corrupción, la picardía y los caminos torcidos. Podemos elegir continuar. O también podemos votar, depositar nuestra confianza en el candidato que le apuesta al cambio, a la dignidad, a la honestidad, a la equidad, a la educación y a la convivencia.

En mi caso, no tengo ninguna duda. Mi candidato es el profesor Antanas Mockus. No me subo a la ola verde creyendo que se operarán milagros y que todo será ”arroz y leche Klim”. Me uno a Mockus porque tengo la absoluta confianza en que tendremos un cuatrienio en el que las banderas que ondearán serán las de la honestidad, la dignidad, la educación, la convivencia y la verticalidad. No quiero más falsos positivos. No quiero más desplazados. No quiero más cohechos unilaterales. No quiero más polarizaciones. No quiero más politiqueros cuestionados y deshonestos. No quiero más picardías. No quiero más invasiones a otros países. No quiero más peleas absurdas con los países vecinos. No quiero más caudillismo ni más soberbia. No quiero más Uribitos. No quiero más Agro Ingresos Seguros para los más ricos. No quiero más víctimas sin ninguna reparación. No quiero más paramilitares en el Gobierno. No quiero más paramilitares extraditados para que no hablen. No quiero más Ubérrimos. No quiero más Angelinos ni Santos, no Sabas ni Joseobdulios, ni opusdeisanos, ni morrongos, ni Valenciascossio. No quiero más de lo mismo. Me niego.

Le apuesto a un nuevo aire, que no significa ni mucho menos “un salto al vacío”. Es un salto, un gran salto hacia la dignidad, hacia una nueva forma de gobernar, de conciliar, de perdonar, de invertir. Es un salto hacia unos programas de salud, vivienda, educación y trabajo más coherentes y posibles. Me apunto a una Colombia más equitativa y más amable. Me apunto por todo esto a Antanas Mockus. Y a los que dudan, por favor léanse o relean con atención la entrevista que le hizo Yamid Amat en El Tiempo el domingo 23. Tendremos en Antanas Mockus y su equipo de gobierno un timonel y una tripulación a prueba de tormentas y fangos chupadizos. Tendremos un horizonte despejado y nuevo, capaz también de capotear vendavales y ciclones. La suerte de Colombia puede cambiar este domingo. Todo depende de nuestra decisión de votar en libertad.

Estamos a cinco días de meter el dedo bien, o meter la pata. Después no lloremos por la leche derramada o, mejor dicho, por la sangre que seguirá corriendo sin ningún motivo. Suerte Colombia.

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