LAS OLAS SE ESTRELLAN CON RAbia en las rocas. El sol de verano se acuesta naranja en el horizonte y una estrella irrumpe de pronto iniciando la noche limpia y fría. El domingo. Las elecciones en Chile tocan a su fin.
Una de las contiendas electorales más reñidas de estos últimos años. Los resultados no sorprendieron a nadie. Piñera puntea para la segunda vuelta, seguido por Frei, el joven Marco Enríquez-Ominami y de colero el veterano Arrate.
Los describo: Piñera representa la extrema derecha, el dinero, la osadía y el triunfalismo. Frei encarna la continuación ideológica de Lagos y Bachelet. MAO la sorpresa joven y con futuro brillante cuyo padre fue asesinado por el régimen Pinochet y Arrate ya en sus avanzados sesenta, leal a su partido ancestral, el comunismo.
En el ambiente se respiraba el deseo de un cambio, aun con el riesgo de caer de nuevo en las peligrosas derechas chilenas. Tantos años de izquierda democrática ya anunciaban desgaste y olían a rosca, independientemente del excelente gobierno de Michelle Bachelet, quien deja su cargo con los índices de popularidad más altos en gobernante alguno de las últimas democracias globalizadas. Ya la Segunda Vuelta dirá al mundo quién será el triunfador de este bello país austral.
Lo que quiero resaltar, más que hacer un análisis político, es mi admiración por la madurez política de Chile, por la limpieza de la contienda, por el respeto mutuo entre los contendores y por los programas de gobierno ofrecidos por cada uno de ellos. He sido testigo de excepción en estos últimos días de la carrera electoral. Lo único que he sentido en el fondo del alma es una tristeza intangible al comparar de forma inconsciente pero continua esta contienda con las nuestras en que nos saturan de insultos recíprocos, de vallas contaminantes, de descalificaciones burdas y groseras y de mentiras demagógicas y electoreras.
Nuestros futuros candidatos, si es que el Ubérrimo nos permite tenerlos, deberían venir a Chile y aprender cómo se realiza una campaña. Cómo cada contendor puede desafiar sus contendores con altura y firmeza. Cómo las ideologías se respetan aunque no se compartan en lo más mínimo y en el fondo se quieran hacer zancadillas mortales.
Piñera arrasa. Así como arrasó en liderazgo empresarial. Frei se desgasta un poco y la denuncia pública del envenenamiento y asesinato de su padre sacados a luz pública a última hora le han perjudicado y el joven puede esperar. A lo mejor los votos de veterano dan una sorpresa a último momento. Mientras tanto este país crece, se convierte en puntero suramericano con Brasil, su capital se expande entre edificios de cristal que retan el cielo, parques extensos, amplias avenidas, restaurantes sofisticados, comercio pujante y optimismo colectivo de marchar siempre adelante con la firme convicción de no retroceder jamás.
Los invito, desde este país mágico, a reflexionar.