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Úrsula: cien años

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Aura Lucía Mera
30 de septiembre de 2025 - 05:05 a. m.
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Hace unos días, en “Un café para recordar”, evento organizado por Jaqueline Arabia Buraye, fundadora y directora de la Fundación para el Alzheimer en Cali, la charla del psiquiatra César Arango sobre la importancia de detectar los primeros síntomas de la enfermedad nos llevó a Cien años de soledad, cuando Úrsula Iguarán inició ese viaje sin retorno hacia la pérdida de la memoria, paso a paso, hasta la nada.

Al leer y releer el libro, di por sentado que estos síntomas formaban parte del realismo mágico. ¿O acaso en esos párrafos había algo premonitorio en García Márquez, relacionado con su propia ausencia en los últimos años?

Úrsula y su olvido: paulatino, silencioso, fantasmal, hasta encogerse en posición fetal, rígida, fría, juguete de sus bisnietos. Así terminan sus días tantos seres que fueron niños, jóvenes llenos de ilusiones, empresarios exitosos, mujeres brillantes, artistas, escritores, líderes carismáticos... que poco a poco se ausentan de su entorno, de sus propias vidas, convertidos en fantasmas de sí mismos sin siquiera saberlo. Como los recién nacidos, pero con cuerpos ya maltrechos, golpeados por los años, inocentes del pasado, de sus logros, amores, pasiones, desengaños y alegrías.

¿A dónde van sus mentes? Me lo pregunto una y mil veces. ¿Acaso sueñan? ¿Qué miran esos ojos ausentes pero plácidos? ¿Nos quieren decir algo sus murmullos? ¿Están ya muertos dentro de cuerpos vivos? ¿Encerrados? ¿Y el alma, dónde se esconde? ¿Por qué la música es lo último en marcharse?

Alzheimer. Su nombre es sonoro, pero esconde un significado implacable. No tiene cura. Si no estamos alerta a los primeros síntomas, será imposible detener su rápida progresión. Muchas veces, cuando notamos que algo raro está sucediendo, ya lleva años incrustado en el cerebro.

No está ligado exclusivamente al envejecimiento, como popularmente se cree. No todos los viejos se convierten en objetos olvidadizos, y no todos los adultos están libres de padecerla.

Existen programas para la estimulación cerebral: terapias físicas, ocupacionales, cognitivas, técnicas de relajación, lectura, remembranzas, arte. Son ejercicios que ayudan. La pereza, la falta de ejercicio, el aislamiento, la autocompasión, los resentimientos pueden ser abono para que florezca la enfermedad, despiadada.

P. D. Una amiga del alma permaneció conectada a un tubo, alimentada por sonda durante varios años, sin reconocer, sin hablar, sin moverse. ¿Eso es una muerte digna o una tortura inhumana? Finalmente murió de una infección renal. ¿No hay piedad para ellos? ¿La famosa eutanasia es una gran mentira? ¿O la religión católica los condena a esa muerte/vida sin cerebro y sin compasión?

Estemos alertas. El Alzheimer no llega de un día para otro. No respeta nada ni a nadie. Es un tsunami arrasador.

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William Velasco velez(16260)01 de octubre de 2025 - 09:18 p. m.
Columna de mucha reflexión
Mario Giraldo(196)30 de septiembre de 2025 - 07:39 p. m.
Muy importante el aporte, dos temas en uno. Con relación al primero, mucha atención a como envejecen los abuelos, pues asi envejeceremos nosotros. Con relación al segundo, la ciencia medica progresa en mantener el cuerpo respirando, pero no es garantía de recuperación, de ahi la importancia de firmar documentos notariados dando instrucciones sobre que tanto tratamiento queremos que nos den.
Luis Carlos Cortés Murillo(4156)30 de septiembre de 2025 - 05:19 p. m.
Sra. Mera su columna es un recordatorio de algo que a todos nos puede pasar, pero que ojalá nunca llegue. Gracias.
Tulio Claudio (70717)30 de septiembre de 2025 - 04:27 p. m.
El Dr. Alzheimer nos recuerda que uno de los mayores pilares de la vida consciente es el recuerdo de que estamos vivos para la muerte, o de que estamos muertos desde que nacemos, y que en la mitad del periplo vital, o en las postrimerías de este viaje turístico, van aflorando los recuerdos más vivos y palpitantes del pasado, que se hacen presentes sin permiso a cualquier hora del día, para decirnos sin contemplaciones que los mejores momentos de la vida pasaron para siempre jamás.
Manuel Gilberto Rosas diaz(85839)30 de septiembre de 2025 - 02:09 p. m.
Totalmente cierto y si la ciencia y el autocuidado de quienes empiezan a tener manifestaciones de la enfermedad no se estimula para contraatacar esa enfermedad mental, puede extenderse y afectar mas y mas personas.El, ministerio de salud debe tomar cartas en ese asunto, porque de ahí deben salir iniciativas para fomentar sistemas de prevención de la enfermedad.
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