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EL ESPECTÁCULO NO PUDO SER más bochornoso. Estuve tentada varias veces a cambiar de canal, pero me pudo más el impulso masoquista. Ver en vivo y en directo cómo la Cámara de Representantes y su famosa Comisión de Acusaciones, tres caballeros que no tienen ni idea de para qué están ni saben nada de nada, trataban de controlar el desboque de equinos airados y se les iba de las manos el control del recinto.
A lo mejor los tres “elegidos” serán muy buenas personas, muy honestos, muy imparciales, muy buenos padres de familia, pero no son aptos para ejercer de manera firme, objetiva y jurídica el chicharrón que se les vino encima. Luego llegaron los insultos. Que si “me acusan de criminal”, que si “la otra es una desvergonzada”, que pupitrazos, manotazos, alaridos. Una merienda de micos. Y esto ante todo Colombia.
En vivo y en directo nos tocó ver un exmandatario furibundo porque le dañaron su majestuosa defensa. Su perorata, estoy segura, llena de artificios y amañes, y no le concedieron la palabra. También nos toco ver su passegiatta con cortejo de áulicos acompañándolo por calles y plazas, como en carnaval de pueblo. Un paseo que no venía a cuento. Extemporáneo. Lleno de malicia, mensajes y propósitos diversos. La antigua vedette no se resigna a quedarse tras las bambalinas. Más dignidad tuvo Greta Garbo, quien se retiro a sus cuarteles de invierno.
Ningún mandatario, creo que desde Bolívar, había hecho semejante oso. Jugó a ser héroe aclamado por multitudes, víctima, tribuno amordazado, estirando la mano al mejor estilo falangista. Todo esto ante el trío supuestamente investigativo que vacilaba y pedía consejos.
Al final, la vergüenza, la desbandada, el desconcierto, la falta de rigor, profesionalismo y disciplina. Cierre de telón con nuevo desfile y saludos de monarca.
Estoy de acuerdo con el ministro Vargas Lleras en que la Comisión de Acusaciones debe reformarse, replanearse o liquidarse. Ya tuvimos la experiencia con Heyne Mogollón. Y, a propósito, ¿qué se hizo? Pobre ser que lo sacaron de la nada como el conejo de un sombrero, lo manipularon, lo manosearon y lo manejaron. Ahora son tres. Igual de novatos, primíparos y aparecidos.
La Comisión debe ser integrada por jurisconsultos avezados en el tema y toreados en varias plazas. Porque les toca enfrentarse con presidentes, expresidentes, contralores, procuradores y otros pesos pesados. No se trata de una consejería de familia ni de cosas menores.
No sé en qué va a acabar este zambapalos. Que se cuide Piedad Córdoba. La mano negra y peluda no perdona. Entiéndase lo que se quiera. Y Uribe, por favor, el deseo de muchos colombianos es que tenga más altura, más dignidad. Que deje los desfiles polarizantes y deje de pensar que es la última CocaCola del desierto. Su megalomanía ya está rayando en la insanidad. Dé la cara, pero asumiendo las responsabilidades que le corresponden. Usted no es ninguna víctima. Y le aclaro que no soy asesina, por si acaso se le ocurre pensarlo.
