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La gira del presidente Biden a Asia nos recuerda el viaje del presidente Barack Obama en 2014, cuando en un mundo expectante por los difíciles hechos en Crimea y el conflicto irresuelto en Medio Oriente, el mandatario estadounidense aterrizó en el continente asiático para reequilibrar sus estrategias de políticas exterior en una de las regiones más importantes del mundo, en donde visitó: Japón, Corea del Sur, Malasia y Filipinas.
La gira del presidente Biden también ocurre en un momento complejo de la Guerra Ucrania-Rusia, de las tensiones entre Taiwán y China, siendo el primer su aliado histórico y el gran desafío que Corea del Norte permanentemente representa. El presidente Biden desea demostrar que Estados Unidos sigue siendo omnipresente y poderoso en el escenario internacional.
Es cierto que después de dos guerras -Afganistán e Irak- la presencia militar de Estados Unidos en el Pacífico es cada vez más significativa, sobre todo en Corea del Sur. Su Plan Naval para 2020 indico que 60 % de la fuerza militar de Estados Unidos estuviera en esa región.
Todo esto nos recuerda “Pivot Asia”, estrategia de política exterior lanzada por el Departamento de Estado hace algunos años, estancada por los efectos de las guerras anteriormente mencionadas y por la crisis financiera de 2008, la cual incrementa el deseo de Washington de detener el avance de China.
Que Asia sea desde hace décadas la región de mayor crecimiento en el mundo no es ninguna novedad, pero valdría la pena verificar si el actual despliegue militar norteamericano hacia el Pacífico haría parte de un plan para intentar limitar el poder y la influencia de China en la región o si debido a las limitaciones presupuestarias sería más fácil edificar alianzas alrededor del globo, dando la impresión que se camina hacia un mundo multipolar, sin tocar organismos e instituciones que refuerzan la preponderancia de un mundo en declive y desconoce la importancia del surgimiento de nuevos liderazgos, especialmente en términos comerciales y tecnológicos.
La Alianza de defensa EE. UU.-Japón no es bien vista por el gobierno chino, pero de todas formas China es consciente de su superioridad, de su liderazgo regional y de su protagónico rol global, lo que ha conllevado a que también busque un gran desarrollo en el ámbito militar.
Es fundamental mencionar que desde hace años China y Japón tienen un contencioso debido a la disputa por islas ubicadas en el sur del mar de China. En Japón son llamadas Senkaku y en China Diaoyu. Actualmente, están bajo el control de Japón. Más allá de lo que representan territorialmente esas islas, lo que está en juego es su potencial pesquero, las reservas potenciales de petróleo y el control de las rutas marítimas. Sin embargo, es un escenario importante para entender el ajedrez de alianzas políticas en esa región, ya que China y Corea del Norte aparecen como aliadas, mientras Japón es apoyado por Estados Unidos y Corea del Sur.
Estados Unidos contribuyo para fomentar un contencioso Rusia-Ucrania y ahora parece estar dispuesto a desarrollar otro entre China y Taiwán.
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