Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
El encuentro entre los presidentes de Corea del Sur, Moon Jae-in, y del Norte, Kim Jong-un, el 27 de abril, fue inusitado. Desde 1953, cuando se firmó el armisticio que puso fin a las hostilidades en la Guerra de Corea, esta fue la primera vez que un líder norcoreano cruzó el paralelo 38 para ingresar al territorio surcoreano.
La Declaración de Panmunjon para la Paz, la Prosperidad y la Unificación de la península de Corea señala compromisos relevantes para las relaciones intercoreanas y para la construcción de una paz sostenible en la región.
Es importante resaltar la decisión de mantener abiertos canales de alto nivel; establecer una oficina de vínculo permanente en la región de Gaeseong; poner en marcha proyectos humanitarios conjuntos, como las reuniones entre familias que fueron separadas por la división de la península después de la Segunda Guerra Mundial; finalizar todos los actos de hostilidad recíprocos que sean foco de tensiones por tierra, mar y aire, a partir del 2 de mayo de 2018; profundizar las negociaciones más allá del armisticio para establecer una paz definitiva, y promover la desnuclearización de manera gradual, con el objetivo común de transformar la península en una zona de paz.
El presidente Donald Trump escribió en Twitter: “La Guerra de Corea ha terminado. Estados Unidos y todo su gran pueblo deberían estar muy orgullosos de lo que está sucediendo”, atribuyéndose el mérito.
Desde Pekín, el gobierno de China aplaudió “la determinación y la valentía del dirigente de Corea del Norte, Kim Jong-un, y del presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, por esta cumbre y por haber acordado dar pasos hacia la desnuclearización completa de la península”.
Algunos momentos emotivos, como el instante en que Kim cruzó la línea que separa a los dos países para estrechar la mano de Moon, quedarán en la memoria. La reunión ocurrió en la Casa de Paz. Para esta ocasión hicieron una mesa ovalada con 2018 milímetros de largo en honor al año en qué ocurrió y 1952 milímetros de ancho, para recordar el año en qué se decidió el cese del fuego en la guerra de Corea.
Momento en que gobernantes acudieron a un árbol plantado en 1953, fecha de la firma del cese del fuego entre las dos Coreas. Con guantes blancos llevaron cada uno tierra y agua del otro país. Allá dejaron una placa que decía: “Paz y prosperidad plantadas”.
Sin sombra de dudas, una promesa de paz al mundo, pero no hay que olvidar que todo dependerá en gran medida de la actuación de Washington y Pekín.
En el aire quedan algunos interrogantes: ¿Corea del Norte estará realmente dispuesta al desarme nuclear después de las experiencias de Gadafi en Libia y de Hussein en Irak? ¿Corea del Sur y Estados Unidos estarán decididos a retirar las tropas estadounidenses de la región ya que representan su presencia en la región desde hace 60 años?
En la historia de la fragmentación territorial de países intervenidos, ¿esta unificación será la segunda que logra una reunificación, después de Viet Nam?
* Profesora U. Externado.
