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En EE. UU. se repiten los dramáticos tiroteos en las escuelas. Según el FBI, desde 2000 se registraron 40 atentados con armas de fuego en escuelas estadounidenses. En esta ocasión, Nikolas Cruz, con su rifle AR-15, ingresó a su antigua escuela en el sur de la Florida, ubicada a 70 kilómetros de Miami, y mató a 17 personas. Se abre nuevamente el debate sobre la necesidad de control de la venta de armas.
En el país de la libertad, la segunda enmienda de la Constitución establece el derecho de los ciudadanos a tener y portar armas. Cada estado posee una legislación propia sobre el tema, pero en la mayoría de la Unión Americana hay permisividad para el porte y compra de armas. En 31 estados es posible portar un arma pequeña sin necesidad de una licencia o permiso especial, y un menor de edad no puede tener legalmente una pistola, pero sí un rifle o una ametralladora.
Detrás de la renuencia de las autoridades estadounidenses para establecer una legislación que regule el porte de armas está el poder económico de la industria de armas, la cual registra un crecimiento exponencial en la última década, transformándose en una empleadora de alto impacto, ya que vincula a más de 230.000 trabajadores. En este universo construido a punta de plomo, Estados Unidos cuenta con 48.000 minoristas, lo que facilita aún más la venta de armas de forma indiscriminada y literalmente sin requisitos.
A la sombra del debate acerca de la violencia armada está la Asociación Nacional de Rifles, un conglomerado que ha puesto en marcha una lucha sin tregua para evitar la aprobación de leyes que prohíban o regulen la venta de armas, y cuya estrategia más recurrente es ofrecer beneficios económicos a los políticos alineados y financiados con el propósito de seguir armando a la población estadounidense.
Sin embargo, las contradicciones domésticas sobre el tema siguen vigentes pocos días después del drama de la escuela en el estado de la Florida. Como un hecho paradójico, este fin de semana se congregó una de las más grandes feria de armas: Florida Gun Show, un deleite bélico para los asistentes: armas de fuego, munición, cargadores, cuchillos, machetes. La entrada costó U$13 dólares y los menores de 12 años no pagaron.
Más allá del contexto interno de Estados Unidos, es importante recordar que, según la Amnistía Internacional:
1. Cada día, ciudadanos de varias partes del mundo viven bajo la violencia armada. 650 millones de armas circulan por el mundo y cada año 8 millones más son fabricadas, junto con 16 millones de balas.
2. En los últimos 10 años, el volumen medio anual del comercio mundial de armas convencionales, incluido el material de defensa, totalizó aproximadamente 100.000 millones de dólares.
3. El 70 % de las ventas de armas es responsabilidad de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU: Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido. Entre los 10 principales fabricantes también están Alemania, España e Italia.
En este escenario se puede afirmar que alrededor del mundo, de una forma u otra, hay víctimas de la industria de armas de Estados Unidos por la ausencia de regulación de su mercado de armas.
* Profesora Universidad Externado de Colombia.
