¿Fragmentación política y polarización?

España tuvo de nuevo unos comicios reñidos y un país polarizado. Sobre la mesa estuvieron temas como la identidad nacional, la igualdad de género, el derecho de las mujeres, Cataluña y, por supuesto, el tema migratorio. Según información del Ministerio del Interior, 75 % de los españoles acudieron a las urnas. Una cifra histórica. De acuerdo con los últimos boletines electorales divulgados, con 88,4 % de los votos escrutados, el PSOE obtuvo 28,9 % de los votos; el Partido Popular, 16,7 %; Ciudadanos, 15,8 %; Unidos Podemos, 14,3 %, y Vox, 10,2 %.

Aunque los resultados indiquen la victoria de los socialistas, hay indicios claros de dificultades de conformación del gobierno. El PSOE, liderado por el primer ministro Pedro Sánchez, dependerá del apoyo de Podemos, de los nacionalistas catalanes y vascos y de Ciudadanos. Para lograr la mínima gobernabilidad sería conveniente obtener 176 de los 350 escaños en el parlamento.

El gran perdedor de las elecciones de 2019 fue el Partido Popular (PP), el cual gobernó España hasta 2018. Así como en otras partes del mundo, el voto protesta tuvo gran impacto en estos resultados electorales. Por otra parte, Vox, un partido con nombre popular pero con matices de extrema derecha, fue el receptor de los votos de los que se oponen a la independencia de Cataluña y a la inmigración.

Este partido es liderado por Santiago Abascal, un disidente del PP. En un contexto de demasiada desconfianza con relación a la política, los políticos y la democracia, el partido emergió en pocos meses, causando preocupaciones. Como Donald Trump, Vox apela al nacionalismo de los españoles y promete “hacer España grande otra vez”, defiende la revocación de las leyes que punen la violencia de género, son opositores del aborto y del matrimonio gay y tienen posiciones bastante complejas en lo que concierne a la inmigración y al islam.

Con resultados partidarios poco expresivos que imponen coaliciones difíciles y la llegada de Vox al Congreso, ¿estará España en una nueva encrucijada? ¿Qué podrá esperar América Latina con la retoma del poder por parte del PSOE? Es importante recordar que Pedro Sánchez asumió el liderazgo del PSOE en 2017 y llegó al poder en junio de 2018 gracias a una moción de censura contra Mariano Rajoy, después de que su partido fuera acusado de corrupción. En su corto mandato tuvo actos simbólicos: conformó el gabinete más femenino en la historia de España, autorizó la apertura de un puerto para recibir a más de 600 inmigrantes, ha establecido diálogo con los movimientos separatistas, pero no apoya la independencia de Cataluña.

España, en el ámbito de la Unión Europea, es considerada el puente con América Latina, pero no se nota que en los altos mandos españoles este rol esté muy claro. Con tantos retos internos, la política exterior no tuvo un espacio privilegiado en los debates.

Sin embargo, tan pronto Juan Guaidó se autoproclamó presidente interino de Venezuela, el gobierno de Pedro Sánchez lo reconoció. En días de necesarias e impostergables coaliciones con la izquierda, resta saber si el gobierno de Sánchez estará dispuesto a que Venezuela siga siendo un tema conflictivo en su agenda interna. Otra cuestión candente serán las nuevas sanciones de EE. UU. contra Cuba, las cuales afectan a los empresarios españoles.

Lo cierto es que la llegada de Vox al Congreso es un indicio de que el panorama electoral en España está cambiando y que nuevos viejos vientos soplan en la península Ibérica, pues es el primer partido de extrema derecha en llegar al parlamento español después del franquismo.

No obstante, pareciera ser que, por ahora, los españoles no están dispuestos a retornar al pasado.

* Profesora Universidad Externado 
de Colombia.