Publicidad

París, un dolor universal

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Beatriz Miranda
20 de noviembre de 2015 - 03:27 a. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Pareciera ser que el preludio de una tercera guerra mundial, no convencional, de alcance global, empezó luego de los ataques en París. El presidente François Hollande dijo que “Francia está en guerra” y su homólogo estadounidense, Barack Obama, afirmó que se opone al envío de tropas a gran escala a Siria y a Irak para que luchen contra los extremistas del Estado Islámico. Afirmó que “esa lucha contra los yihadistas sólo tendría éxito si la población local es la que apoya. Una victoria militar de tropas de tierra extranjeras quedaría en el aire el día después del retiro de esas tropas”.

El viernes negro de Francia nos recuerda el 11 de septiembre (2001) en Nueva York, el 11 de marzo (2004) de Madrid, el 7 de julio (2005) de Londres, el 22 de julio (2005) de Oslo y Utoya, el 7 de enero (2015) de Charlie Hebdo. El mundo se solidariza con la tragedia, pero no debe olvidarse del impacto de las guerras inventadas, sin éxito, en las últimas décadas.

Francia ha participado en operaciones militares estratégicas en África y Oriente Medio: Malí, operación Serval (2013); República Centroafricana, operación Sangaris (2013); Irak, operación Chammal (2014), contra las fuerzas de la organización Estado Islámico, en el marco de una coalición internacional de aproximadamente cuarenta países liderada por Estados Unidos, lo que de cierta forma la transformaría tarde o temprano en un blanco del terrorismo internacional.

El Estado Islámico controla la mayoría de los campos petroleros de Siria, sobre todo en la provincia de Deir Ezor. Según el Financial Times, “el contrabando de petróleo proporciona a los yihadistas 1,5 millones de dólares diarios”. ¿Quién les compra este petróleo? América Latina también ha llorado con París. No obstante, es bueno empezar a pensar cómo esta cruzada mundial contra el terrorismo se va a reflejar en la región.

Los aliados incondicionales de Estados Unidos en la región son: México, que vive una guerra en contra del narcotráfico y la inmigración ilegal, supeditada a los intereses militares de Washington; Colombia, ad portas de firmar el proceso de paz, y que después de 16 años del Plan Colombia sigue siendo el mayor productor de cocaína del mundo, y Chile, que con la difícil gobernabilidad desde que asumió Michelle Bachelet se prepara para aprobar una nueva Constitución que los aleje del imaginario de la dictadura de Pinochet.

¿Estará la región dispuesta a dejar de ser una zona de paz, libre de armas nucleares, exportando mercenarios, con el riesgo de transformarse en objetivo militar?

Conoce más

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.