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Repudio a la Masacre en Melilla

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Beatriz Miranda
05 de julio de 2022 - 05:06 a. m.
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El 24 de junio de 2022, la frontera Nador-Melilla se convierte en un lugar de horror, cuerpos de africanos amontonados en plena luz del día. La tragedia ocurre cuando aproximadamente 2000 migrantes intentan cruzar la valla que divide Melilla, la ciudad española, de Marruecos, tres meses después que España y Marruecos reanudaran sus relaciones.

Importante recordar que, en abril de 2021, España atende en su territorio al líder independentista saharaui Brahim Ghali, en aquel entonces con Covid 19, lo que va provocar fuerte reacción desde Marruecos. Como una respuesta casi inmediata a esa acción humanitaria, Marruecos abre sus fronteras a migrantes hacia el enclave español de Ceuta, ubicado al norte de Marruecos.

Las fronteras entre los dos países permanecieron cerradas en 2020 debido a la pandemia del Covid 19 y en 2021 por las tensiones políticas existentes entre los dos países.

El 14 de marzo de 2022, el presidente español Pedro Sánchez, envía una carta al rey de Marruecos en la que apoya la propuesta marroquí de transformar el Sahara occidental en territorio autónomo dentro de los límites de marruecos, lo que contraria las resoluciones de la ONU y el principio de autodeterminación de los pueblos. Esta iniciativa presidencial provocó descontento en la coalición gubernamental y en el parlamento español, evidenciando que había sido una decisión unilateral del mandatario español, no solo por no haber consultado al parlamento, sino porque en gran medida daba un giro inesperado a la Política Exterior de España.

Sin embargo, cuando analizamos los matices de esta reaproximación parece existir un acuerdo tácito, mediante el cual marruecos, establece un mayor control de esta frontera, “enclave español en suelo continental africano implica que son el único punto de entrada terrestre a la UE desde este continente”, en dónde miles de africanos acceden cada año huyendo de conflictos armados y de las ínfimas condiciones de vida, con la esperanza de recibir estatus de refugiados.

Por esto Melilla, ciudad con 85.000 habitantes se ha convertido en una de las importantes fortalezas de la Unión Europea, 12 kilómetros de largo y seis metros de altura separan a Marruecos de España, un muro de contención para aquellos que desesperadamente intentan pisar suelo europeo. En contrapartida, el Presidente Español parece apoyar la máxima: “Sahara occidental para Marruecos”, desconociendo que, en pleno siglo XXI, este lugar del mundo, es el último territorio en proceso de descolonización del África. La dramática situación del Pueblo saharaui se ha producido a expensas de estrategias geopolíticas que pasan por alto normas del derecho internacional y de resoluciones de la ONU, especialmente la numero 3437 relativa al referéndum de autodeterminación.

Y como si no bastara, el Parlamento Andino, con excepción de diputados bolivianos y parte significativa de ecuatorianos viajarán a Marruecos del 1° al 8 de julio o aceptaron participar virtualmente de una sesión plenaria que, será realizada en El Aaiún, ciudad saharaui, que se encuentra ocupada ilegalmente por las fuerzas militares marroquíes.

Parece ser que los migrantes seguirán siendo una moneda de cambio de los grandes intereses. Bien decía Boaventura De Sousa Santos que “para descolonizar el poder hay que descolonizar el saber”. Repudio a la Masacre de Malilla y las acciones en contra del derecho de autodeterminación e independencia del Pueblo Saharauí.

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