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Edilia Mendoza Roa (II)

Beatriz Vanegas Athías
08 de noviembre de 2022 - 05:01 a. m.

Con el Premio Nacional de DDHH en Colombia, 2022 entregado a Edilia Mendoza Roa en la categoría Toda una vida (treinta años si somos exactos) fueron galardonadas además dos Defensoras, una ONG de mujeres y una red de organizaciones mixtas, que representan la lucha de miles de personas en Colombia y América Latina por justicia y condiciones de vida dignas. Sus voces han sido indispensables para la construcción de paz y la defensa de los derechos sociales, colectivos y del territorio en diferentes escenarios, que gracias a su valentía han vivido transformaciones importantes.

Este Premio, otorgado por Diakonia y Act Iglesia Sueca, con el apoyo de la Embajadora de Suecia en Colombia, reconoció también este año la memoria de la hermana Yolanda Cerón, asesinada en Tumaco en el 2001 a manos de las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC. El Premio es apoyado desde hace 10 años por la Embajada de Suecia, como un reconocimiento y respaldo a la labor de los defensores y las defensoras. “Para Suecia es un orgullo saber que los reconocimientos que hoy se entregan tienen un eco importante en la vida de las organizaciones y personas que son reconocidas en este espacio y cuya labor es esencial para una paz sostenible. Queremos decirle a las defensoras y defensores: no están solos”, afirma Helena Storm, Embajadora de Suecia en Colombia.

La santandereana Edilia Mendoza Roa sobre cuya vida hablé en este espacio hace ocho días escogió durante más de 30 años luchar por los derechos vulnerados de las comunidades campesinas, negras e indígenas, así como por gremios de pescadores, mineros y artesanos, y se ha concentrado no solo en Colombia, sino en América Latina. Los derechos agrarios, la defensa de la tierra y el territorio, han sido una de las principales razones de ser de su activismo. Fue una de las voces escuchadas cuando, a comienzos de la década de los años noventa, se estaba construyendo la normatividad agraria, que derivó en la promulgación de la Ley 160 de 1994, y que incluyó aportes significativos orientados a las mujeres campesinas.

Edilia, valerosa y lectora sufrió grandes pérdidas de compañeros de la Línea Sincelejo de la ANUC a la cual pertenecía y que la hizo recorrer y habitar pueblos del Magdalena Medio, Sucre, Magdalena, sur de Antioquia y Córdoba. El ejercicio de la autonomía se gestaba en municipios tan desconocidos para el gobierno central como Tomala, en Sucre; o Puerto Wilches en Santander. La madre santandereana desarrolló en ella el hábito lector y el pensamiento crítico. A través de ella Edilia aprendió que de lo que se lee, el cincuenta por ciento es mentira o hay que dudar de ello. En los años ochenta, tuvo que resistir con dolor ante el asesinato del líder sindical Manuel Gustavo Chacón, entre tantos otros compañeros. Tuvo además que sobrevivir a la nefasta aparición del mercenario israelí Yahir Kleam en los predios de Barrancabermeja quien arribó al país a entrenar a los primeros grupos paramilitares para la tortura y muerte de los “enemigos del orden”.

Ante esta contrarreforma agraria impulsada a sangre, tortura y desapariciones las organizaciones campesinas buscaron alternativas. Entonces ocurre el “Primer Encuentro de víctimas ante la guerra sucia”. Eventos de suma importancia y esperanza para la Colombia rural, pero ignorados en el país política que legislaba en la lejana Bogotá o loque fue peor: surgió la estigmatización de estas iniciativas y la desaparición forzosa se ensañó con la ANUC; así, por ejemplo, en el departamento del Meta inicia la avanzada sanguinaria con Gabriel Betancur y la pintora Teresa Quiñones del Colectivo 5 de abril.

Sin embargo, Edilia Mendoza Roa y la inmensa cantidad de líderes de la ANUC siempre con argumentos legales en mano (con el respeto a la Constitución de 1991 para la que no fueron convocados) ayudaron a negociar luz eléctrica en las veredas, trabajaron por el mejoramiento de hospitales, consiguieron gestionar salubridad en los acueductos, hasta fundaron un periódico, el primero del Magdalena: De hacha y machete. Fue la ANUC quien se la jugó por políticas que hoy la derecha analfabeta (o que se hace) desconoce. Políticas que hoy están en la agenda del presidente Gustavo Petro: restitución de tierras, soberanía alimentaria, revisión a fondo del extractivismo y verdadera reforma agraria. Y ahí estuvo siempre nuestro personaje galardonado con el premio de Derechos Humanos a Toda una vida otorgado por Diakonia y Act Iglesia Sueca: Edilia Mendoza Roa.

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