Estimada ministra: tal vez con el paso de los meses llegará a su despacho un riguroso informe en el que la maestra y lideresa cultural de Cereté, de Córdoba (la tierra del poeta Raúl Gómez Jattin), Lena Reza García rinde cuenta fidedigna de cada peso que el Ministerio de Cultura aportó para que ocurriera el XXIX Encuentro Internacional de Mujeres Poetas de Cereté, que acaba de ocurrir entre el 15 y el 19 de noviembre.
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Este Encuentro (con e mayúscula) es ya un patrimonio poético del Caribe colombiano y debería serlo de todo el país. Le cuento ministra (por si no lo sabe) que Lena Reza García y un grupo de colaboradores (entre las que me cuento) llamados “Los ángeles clandestinos” han sostenido este espacio durante casi tres décadas pese a las precarias ayudas del Ministerio. Lo han logrado, ministra, gracias a ese fervor que acompaña a tanto artista en un país como Colombia en el que la poesía en particular y la cultura, en general, son considerados un adorno fútil y vano que no incide en el desarrollo mental de los ciudadanos y las ciudadanas.
Pero como en buen momento ha llegado usted, Patricia Ariza, poeta y actriz que sabe que nada hay más falaz que desconocer el arte como decisivo en el buen destino de los pueblos, le escribo para que revise el tratamiento que ha recibido hasta hoy el Encuentro de Cereté, como se le conoce popularmente.
Le cuento ministra que en un departamento como Córdoba, en el que la guerra y la corrupción se han ensañado con verdadera infamia sobre sus habitantes; un departamento patriarcal y machista hasta la extenuación e invisibilización de la mujer confinada a la crianza de los hijos, al papel de amante esposa o fiel moza; un departamento como Sucre en el que la literatura está a cargo de figuras masculinas anquilosadas en un decir anacrónico… el Encuentro ha difundido la poesía en veredas y corregimientos de Cereté y Montería. Se ha creado un espacio llamado “Casas de poesía” que ocurre el cuarto día y que consiste en que cuatro o cinco poetas viajan a corregimientos y barrios alejados de Cereté y llegan a la casa de un hogar en donde son esperadas con papayeras, danzas, viandas. Allí las esperan la vecindad completa, invitados, maestras, decimeras y decimeros, recitadores que las escuchan con admiración y luego se levantan a recitar, a declamar sus propias creaciones. Ocurre entonces un diálogo poético entre la poeta argentina o española o mexicana, por ejemplo, con la señora que se ha puesto su mejor vestido y ha traído su cuaderno de versos. A veces es el decimero quien despliega su talento y dedica su arte a las poetas que, a estas alturas de la Casa de poesía, se hallan extasiadas.
El Encuentro Internacional de Mujeres Poetas, querida ministra, ha educado en la escucha de versos a niños y jóvenes de Córdoba. En los cinco días en los que transcurre, las poetas invitadas dictan talleres y presentan sus libros en colegios, centros comerciales y auditorios impensados. Es una verdadera hazaña la de Lena Reza García y su equipo llenar plazas de la provincia con seres pendientes del poema.
El Encuentro creó la Ruta de Raúl que, al igual que las Casas de poesía han sido replicadas en otros países por las poetas que viven esta experiencia única. Desde aquí, ministra Patricia Ariza, se ha revitalizado el canon poético colombiano tan machista y centralista: de aquí surgieron voces como las de Irina Henríquez, Ela Cuavas y Kenia Martínez. De aquí, ministra, surge la editorial independiente Corazón de Mango que está próxima a cumplir diez años y que promociona, a través de libros bellos, olorosos, genuinos y tiernos, la poesía de la mujer y de los colombianos afro y pertenecientes a la comunidad LGBTIQ+.
Vienen a él (vaya uno a saber por qué ensalmos de la incansable Lena Reza García) poetas de toda Colombia, Latinoamérica y el mundo.
Querida ministra, en el 2023 cumplirá treinta años. Ojalá no tengan sus organizadoras que hacer posible la felicidad poética a cambio de penurias e incertidumbre. Venga a Cereté, que es un destino poético.