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Ingobernabilidad planificada

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Brigitte LG Baptiste
13 de abril de 2023 - 02:05 a. m.
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No hay nada más torpe que apostarle al conflicto tercerizado como mecanismo para redistribuir las fuerzas del poder: siempre el perro bravo acaba mordiendo al dueño y sacándolo a correr. Pero a los “asesores” de muchos funcionarios, empresas o comunidades no parece preocuparles eso, como en la perturbadora serie La periferia (Amazon Prime, 2022, sobre la novela de William Gibson, 2014), con su labor logran que el Gobierno acabe en manos de clanes de mafiosos y sus inteligencias artificiales, que no están propiamente diseñadas para hacer ensayos académicos.

La reciente toma comunitaria del Parque Nacional Utría, en Chocó, con su tala de bosques protegidos y la expulsión violenta de funcionarios, con el argumento de que el abandono estatal tocó techo, solo demuestra el “papayazo” que se está dando a bandas criminales en todos los frentes prácticos de la realpolitik: en el país de la biodiversidad, donde las inversiones en conservación también son ridículas, atacar los esfuerzos de protección ambiental con el argumento de que son estrategias de la aristocracia es una guerra de clases donde las clases no están. Porque a las comunidades las empujan los narcotraficantes y extractores ilegales de oro que atacan al Estado (y causan la erosión que se lleva las poblaciones ribereñas), sin importar quién lo gobierne. Los oportunistas juegan con la idea de que se pueden utilizar esas fuerzas para promover el cambio, como si las mafias de hoy fueran a hacer mejor la tarea de los gobiernos.

En muchas partes del país, ni siquiera “pegó” una Constitución garantista como la del 91. La gente, arrinconada, muerde la primera mano que se acerca y la frustrada interculturalidad acude al fantasma del colonialismo, pues el Estado carece de la legitimidad para promover actos de buen gobierno. La mano de Parques Nacionales Naturales es flaca, lamentablemente, aunque administra tierra… el botín final de la guerra medieval que padecemos. Otros muchos se ofrecen a prestar el servicio, eso sí, mucho menos amables que la DIAN en su política tributaria o, chiste cruel, que el Esmad en la de contener los disturbios: al final, la eficiencia de la visión Bukele-Ortega es la única que pareciera promisoria para restituir una parodia de república. Así cayó Arauca; digo, Roma.

El mantenimiento de la democracia en Colombia, representado por el cuidado de sus instituciones formales, más que de los símbolos y las narrativas mercantiles, patrioteras o religiosas, requiere actos que las apuntalen. Si los grupos civiles indignados expulsan a patadas a los guardaparques (en el arco amazónico fueron los fusiles disidentes), el precedente es fatal. El PNN Tinigua hace rato perdió más del 30 % de sus selvas a manos de proyectos de colonización dirigida, Macarena resiste porque el espíritu del jaguar es grande y el Ruiz, porque hace erupción. En el caso de Utría, la presencia rápida y eficaz de la ministra Muhamad fue fundamental para devolver la gobernabilidad al Parque Nacional. Pero el precedente queda y la cicatriz impulsa a reflexionar acerca del modelo de conservación de un país sin visión compartida, no impuesta, de su territorio, y para lo cual lo silvestre aún es fundamental. Lotear las áreas protegidas no hace reforma agraria, talarlas no crea bioeconomía y patear a funcionarios del Gobierno solo crea esa clase de institucionalidad: la del manejo del mundo a las patadas. Entre tanto, la computación cuántica asociada con la IA redibuja los poderes del planeta…

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David(73769)14 de abril de 2023 - 10:19 a. m.
Muy agudo su analisis sra Baptiste. Ojala publique sobre las selvas del Tapon del Darien que ya dejo de serlo, del Amazonas que poco a poco se vuelve potreros de ganaderia, de las selvas del Vichada y Putumayo que se volvieron centros de cultivos de coca y que no decir de las selvas del Choco refugio de muchos males, poco a poco se acaba el pais verde de la mano del narcotrafico, la ganaderia extensiva y migrantes de todas las pelambres pasando por el rapon del darien.
Alamo(88990)14 de abril de 2023 - 03:00 a. m.
Qué grato --¡por la voz que se erige!--, pero a la vez qué ingrato leer lo que bien desmenuza esta columna. Ojalá esta radiografía sirviera para ejercer serias transformaciones en las esferas de los poderes que, obnubilados, se han envilecido y lo mismo han hecho de la tierra y los territorios que aniquilan. La ingobernabilidad nos arrasa... Gracias por la claridad.
CaMonPar(9314)13 de abril de 2023 - 10:40 p. m.
Triste realidad la que nos evoca esta columna. Gracias por recordarnos cómo estamos y para donde parecemos ir.
Felipe(94028)13 de abril de 2023 - 09:35 p. m.
El artículo es demoledor. Ahora, el deporte nacional es el bloqueo y tomarse como propio lo que es de todos. Podríamos invitar a este diario a que nos enumere y clasifique los bloqueos que hubo en el país desde que inició el año. Hay días de 5 o 6, solo contando los que aparecen en los noticieros. Le tomaron la medida al gobierno, que a todos acude con algún negociador que promete lo que no puede cumplir, como eso que en rugbi se llama "patada a seguir".
Manuel(9808)13 de abril de 2023 - 12:08 p. m.
"siempre el perro bravo acaba mordiendo al dueño y sacándolo a correr." Después de esta máxima no hay nada que decir. Si acaso la máxima de Condorito, el del pico Atenaz-ado: ¡Plof!
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