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En los últimos años, el tema de establecer límites en casa ha estado en discusión. Hace un tiempo, las reglas y los límites eran parte de lo que pasaba en cada hogar, donde la autoridad, es decir, un papá o una mamá, establecía esos límites de manera clara y los niños tenían que seguirlos. Hoy en día, esa figura autoritaria ha cambiado, y con ese cambio también se ha relajado el esquema de normas y límites en muchas casas.
Las reglas son parte esencial de la vida. Cuando somos adultos tenemos claridad que existen unas normas de convivencia importantes, al igual que unas reglas de tránsito, de manejos financieros, de formas como nos relacionamos, entre otras. Es relativamente fácil para los adultos saber que hay reglas que toca cumplir, sin discusiones. Pero para llegar a eso, se requiere de años de práctica.
Los límites y las reglas ayudan a niños y jóvenes a tener estructura y un marco de lo que se espera de ellos en casa, en el colegio, con sus amigos y con otras personas. Si bien tener libertades es muy importante en este proceso de crecer y de desarrollarse, los niños y jóvenes tienen que saber que esa libertad también tiene límites.
Yo creo que muchos padres de familia estarían de acuerdo con la importancia de los límites, pero su implementación en casa se vuelve uno de los retos más grandes en la crianza. Hay varias razones por las que poner los límites es difícil para los padres de familia. Por ejemplo, algunos pueden sentir culpa de poner y hacer cumplir reglas. Para otros puede ser una decisión motivada porque no quieren darse la pelea o discusión, o no quieren enfrentar una pataleta. Adicionalmente, algunos pueden malinterpretar los movimientos de disciplina positiva pensando que hay que evitar decir que no porque puede invalidar los sentimientos. Una cosa son los sentimientos, que son válidos, pero otra muy distinta es la reacción a dichos sentimientos. No todo vale. Tengo derecho a sentirme triste, pero no tengo derecho a agredir a otro porque “Yo” me siento mal.
Los niños y jóvenes necesitan de los límites para sentirse seguros y entender que viven en una sociedad donde ellos no son el único centro. Al establecer límites, los padres de familia le están dando herramientas a los niños y jóvenes para que puedan ser exitosos en diferentes facetas de la vida.
Las reglas y los límites ayudan a que los niños y jóvenes desarrollen autodisciplina y autocontrol, y que así puedan tomar buenas decisiones. Les ayuda a entender qué está bien y qué está mal, y también a darse cuenta que no todo vale. Los límites les permiten desarrollar sentido de responsabilidad y confianza. Adicionalmente, les proveen contención y a la larga les dan tranquilidad. También les dan la posibilidad de aprender del error cuando no cumplen una regla.
Hoy en día es frecuente ver a un niño pegándole a su papá o mamá en un centro comercial, o poniendo su vida y la de los demás en peligro porque no tienen claro qué no deben hacer. Así que hago este llamado a que reevaluemos la importancia de establecer límites y reglas en casa y hacer que se cumplan.
Sin embargo, es importante buscar un balance adecuado para no llenar a los niños y jóvenes de reglas que terminarán en individuos oposicionales o en el otro extremo incapaces, de tomar decisiones si la norma no está ahí. Algunas de estas ideas pueden ayudar en este balance:
• Las reglas y límites varían según las edades de los niños y jóvenes. Revíselas con regularidad.
• Mantenga reglas y límites sencillos, claros, concisos y que no sean muchos. Piense en cuáles son los fundamentales y en cuáles sí puede negociar y dejar que los niños y jóvenes decidan y ganen de vez en cuando, porque esa es una habilidad que también deben aprender cuando enfrenten el mundo.
• Sea consistente en la implementación de las reglas, de lo contrario pierden valor y generan inseguridad.
• Dé ejemplo. Si hay una regla fundamental para todos en la casa (por ejemplo, no hablar mal de las personas y no juzgar), todos la deben cumplir, no solo los pequeños. Porque no se trata solo de establecer la norma, sino de aplicarla.
• Refuerce los comportamientos y las acciones positivas, de esta manera los niños y jóvenes entenderán el valor que tienen las reglas y los límites en la sociedad y las seguirán con más naturalidad.
Hay temas no negociables, como reglas que garantizan la seguridad de los niños o límites que ayuden a reducir agresiones físicas y verbales. Adicionalmente, hay varias reglas que ayudan a establecer rutinas diarias y que generan hábitos saludables que los acompañarán el resto de su vida. Les incluyo acá algunos temas que pueden ser aptos para reglas claras:
• Horas de acostada
• Uso de dispositivos electrónicos
• Comidas (importante que no sean a la carta, sino que sea lo que comen todos en casa)
• Relaciones positivas
Entre todos podemos ayudar a esta nueva generación a que tenga un desarrollo saludable, enmarcado en límites y reglas claras. Esto además facilitará la crianza y la convivencia en casa y en los colegios y, como consecuencia, ayudará a los niños y jóvenes a adaptarse mejor a la sociedad en la que viven.
