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Cada semana se escuchan voces de alarma sobre la zozobra que se ha apoderado de la población de Guapi. En la radio se escuchó a la señora que se atrevió a denunciar la extorsión que se está ejerciendo sobre comerciantes, transportadores y pequeños productores que tienen que pagar cada semana una cuota a unos señores que se hacen llamar “Águilas Negras” y “Nueva Generación”. Se están imponiendo por el miedo los que estaban y los que han llegado a hacer negocios y cruces.
Las autoridades militares reconocen que en esa zona operan ‘Los Rastrojos’, dedicados al narcotráfico y a patrullar no sólo en Guapi sino también en Timbiquí. Y hacia López de Micay se reparten los ríos con las Farc que ejercen amplio control.
La gente comenta en voz baja que por arriba se imponen las ‘Águilas’ y por abajo la Asotrapos (Asociación de Traquetos Pobres), que es la denominación popular a la ola de recién llegados a buscar conexiones con los intermediarios del tráfico de cocaína por esa zona y que pululan por bares, discotecas y negocios raros. Otros que dicen traer experiencias desde el Urabá chocoano se presentan como oferentes de mano de obra o de insumos para las plantaciones de palma que está promoviendo el Ministro de Agricultura.
Estas alertas deberían motivar una acción especial del gobernador Guillermo Alberto González para responder a la ola de violencia en el Pacífico con un plan especial social y de garantía de derechos. El gobernador puede ser sensible a las demandas de los Consejos de Comunidades Negras que están pidiendo el fortalecimiento de programas sociales que se ven amenazados por el narcotráfico.
*Director de Indepaz.
