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El objetivo central de la Ley 100 del 93 buscaba que ningún colombiano quedará por fuera del régimen de salud. Los principios de solidaridad y progresividad fueron los motores del sistema que se desarrollaron a través de sus dos regímenes, el subsidiado y el contributivo. Así los que más tengan más paguen y de esta forma subsidien a gran parte de la población vulnerable a través del Sisbén.
Desde el momento de su implementación, la cobertura en salud de los colombianos se incrementó y ha seguido creciendo. No obstante el Ministro de Protección Social encontró la fórmula mágica para entorpecer algo que funcionaba y que tan sólo se debería depurar; lo que logró fue complicarles el derecho a la vida y salud a los ciudadanos del común, y espero que sin intención, se terminara beneficiando únicamente a los fondos de pensiones, que siempre ganan, ya que todas las pérdidas de sus malas inversiones son trasladadas a sus afiliados.
La famosa planilla “PILA” ha resultado el mayor obstáculo para los independientes, no sólo por la improvisación administrativa en el cobro que les ha causado grandes pérdidas de tiempo y dinero, sino además por el impacto negativo con los más pobres, llevándolos a subsistir con un ingreso de miseria. Basta revisar las cifras: si un ciudadano común gana un salario mínimo, es decir $461.500, al aplicarse la dolorosa planilla, se le tiene que descontar para pagar su aporte de salud y pensiones $131.500, quedándole un salario de $330.000, con lo cual es imposible cubrir las necesidades básicas. Hoy el Estado ordena que para acceder a la salud, derecho fundamental que tiene cualquier colombiano, deberá cotizar a pensión, lo que ocasionará por motivos de fuerza mayor que la gente se salga del sistema y engrose las filas del Sisbén.
Ante este problema de vital magnitud, he presentado el proyecto número 120 de 2008, que pretende modificar el artículo 13 Ley 100 de 1993, a través del cual se terminará con la obligatoriedad de afiliación a pensión para todo trabajador dependiente o independiente, “que devengue dos o menos salarios mínimos mensuales.” De aprobarse mi iniciativa legislativa, quedan exentas de este aporte obligatorio todas aquellas personas que por sus limitados ingresos no pueden darse el lujo de tener un ahorro suntuario, más aún cuando saben que por sus edades y no haber cotizado lo suficiente, nunca tendrán derecho a la pensión; fuera de ello, se recuperaría el espíritu del legislador el cual fue mantener la progresividad y solidaridad en el sistema de seguridad social. Más aún cuando hoy los jueces están fallando las tutelas a favor de los ciudadanos que demuestran que no tienen como pagar su aporte a pensión.
Otro artículo que modificaremos es el que aclara que la afiliación al sistema de seguridad social, no se deberá hacer cada vez que el ciudadano requiera suscribir un nuevo contrato de carácter privado o público; tan sólo le bastará demostrar que está al día con sus aportes. Esto debido al abuso del derecho de muchos contratantes, donde se les descuenta a los contratistas los aportes de salud y pensión, aunque ya estén afiliados y al día en sus pagos.
Esta vez la insensatez del gobierno la sacó del estadio. Hoy tenemos cerca de un millón de personas, que no pudieron efectuar su pago, lo que ocasionará que queden excluidos del sistema de salud, si hacen cumplir con rigor la norma. Si bien es cierto que debemos mantener la lucha contra la evasión y la elusión, no nos equivoquemos con el remedio, porque la cura puede ser peor que la enfermedad. Ministro Palacios ya el sector social no aguanta más tumbos y mucho menos pilatunas como estas.
Senador de la República
