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El Instituto Kroc de la u de Notre Dame, que hace seguimiento al cumplimiento de las 578 disposiciones del Acuerdo con las FARC, reporta que de noviembre de 2018 a noviembre de 2022 en el gobierno Duque las iniciativas completadas aumentaron el 9 %, pasando del 23 % al 32 %, mientras que en el de Petro, de noviembre de 2022 a septiembre de 2024, solo aumentaron el 1 %. En mismos periodos, las iniciativas que reportan avance intermedio en el gobierno Duque aumentaron 10 % y en el de Petro 0 %. Las no iniciadas y las de mínimo desarrollo, en los mismos periodos, el actual gobierno solo las redujo de 49 % a 47 %; y eso que le “cumple a la paz”.
En el gobierno Duque, tildado por una izquierda sesgada de no hacer nada, en tres meses elaboró la estrategia de “Paz con Legalidad”, puso en marcha el Sistema Integral de Seguridad para el Ejercicio de la Política, estableció el Estatuto de Oposición, apoyó financieramente a la JEP, a la Comisión de la Verdad y a la Unidad de Búsqueda de Desaparecidos. Prorrogó la Ley de Victimas y Restitución de Tierras hasta el 2031, adelantó masivos proyectos productivos para reincorporados, logró la adopción de 14 de los 16 planes PDET, movilizando una inversión de 13,6 billones. En Reforma Rural Integral, ingresaron más de 1,7 millones de hectáreas al fondo de tierras de la nación y formalizó cerca de 1,38 millones de hectáreas con más de 50.000 títulos expedidos. Se mejoraron más de 5.600 km de vías para integración regional, se avanzó fuertemente en desminado humanitario. Se adelantó sustancialmente el catastro multipropósito, habilitando 24 gestores catastrales. Se impulsó la erradicación de cultivos de coca y se enderezó el desastre que había dejado Santos con su PNIS, con inversiones que superaron los 2,4 billones. La lista de realizaciones es larga.
Petro inicia con su “Paz Total” y para desarrollarla cambió la Consejería Presidencial para la Estabilización que tenía Duque, por una oficina de segundo nivel dentro de la OACP; prometió firmar en tres meses con el ELN y adelantó conversaciones sin una estrategia integral que permitiera una paz negociada. Otorgó ceses al fuego sin contraprestaciones y se disminuyó la observancia de la ley, la disuasión, la vigilancia del Estado y las capturas. Su Paz Total sin claridad sobre desmovilización, reincorporación, dejación de armas, desarticulación de economías ilícitas y tratamiento de las víctimas ha permitido el crecimiento exponencial de grupos criminales, su reconocimiento político y que ejerzan gobernanza con control territorial. El resultado es desastroso. El Clan del Golfo aumentó presencia en 179 municipios, el ELN en 83, las FARC en 175 y el crimen organizado en 70. Mientras la población civil ha sido desplazada como en el Catatumbo con más de 54.000 y aumentan las masacres, asesinatos, secuestros, reclutamiento de niños, extorsión, despojo de tierras, daños ambientales, narcotráfico, minería ilegal, entre otras, el desmonte de la política antidrogas —concesión de Santos a las FARC en el 2013— hizo que las economías ilegales se dispararan financiando el actuar criminal. Todo lo anterior derivó en que los más de 14.000 millones de dólares que Estados Unidos invirtió en el Plan Colombia sumados a los recursos nuestros terminaran en la basura. Sin duda, Santos y Petro hicieron TRIZAS LA PAZ.
