De la mano de un grupo de trabajo, elaborando ideas sobre cómo mejorar sustancialmente la efectividad del Estado, hoy centralista e inoperante, un experto exfuncionario de carrera del MinHacienda hizo un planteamiento que me impactó mucho. En pocas palabras, dijo que Colombia tenía una excelente constitución fruto de un gran acuerdo nacional que yo denominaría la estrategia, pero que nos habíamos quedado cortos en cómo desarrollarla. Yo diría que la estructura estatal que acompaña la estrategia es absolutamente disfuncional. Habló el experto de la necesidad de acompañar dicha constitución de un “ACUERDO DE VISIÓN DE ESTADO” de largo plazo (al menos 10 años) que nos uniera. Este planteamiento no es nuevo; de hecho, Álvaro Gómez hablaba de acuerdos sobre lo fundamental y la idea ha sido repetidas veces planteada.
De la mano de algunos destacados miembros del grupo “Principio y Fin” de Diana Sofia Giraldo, más excelentes aportes de Eduardo Pizarro L., tratamos de elaborar un borrador simplemente como primer insumo para la discusión sobre dicha VISIÓN DE ESTADO. Coincidíamos que un primer capítulo debería ser algo así como un Estado que garantiza una vida digna con oportunidades de progreso para todos, esto es, un foco en eliminar el hambre y brindar salud y educación de calidad para todos. Un segundo elemento es una seguridad ciudadana y seguridad nacional, centrada en fortalecer el monopolio de las armas por parte de las Fuerzas Armadas, debilitar las rentas ilegales y crear otras condiciones que deriven en seguridad no solo física, sino jurídica, económica.
Un tercer acuerdo, plantea revisar totalmente la estructura del Estado promoviendo un nuevo diseño institucional que sea más simple, más enfocado en los puntos centrales, totalmente descentralizado, más tecnológico y que mida sus resultados. Como los cambios necesitan recursos, el cuarto punto es un Estado que libera y aprovecha sus recursos naturales y a la vez protege el medio ambiente, temas que no son excluyentes.
Para promover el desarrollo acelerado, un quinto punto se centra en una economía de mercado con rostro humano, una tributación simple y progresiva, una mejoría sustancial en la competitividad empresarial y de país y un desarrollo agropecuario acelerado con foco en disminuir la informalidad. Todo lo anterior, requiere un sexto punto que es una reforma política que fortalezca el sistema de partidos, el sistema electoral, combata abiertamente la corrupción y fortalezca el pluralismo democrático. Es necesario acordar referentes éticos, nuevas formas de relacionarnos sin estigmatizaciones, y fortaleciendo al máximo una justicia totalmente independiente. Termina con una política exterior profesional y con clara inserción internacional.
No faltaba más que esto fuera lo único; esto tiene que surgir de un debate y gran acuerdo nacional, debe ser simple, centrado en lo fundamental. Estas respetuosas sugerencias solo pretenden abrir un debate, para que, así como en su momento acordamos un “Frente Nacional”, ahora pactemos un “ACUERDO DE VISIÓN DE ESTADO” de largo plazo que permita surgir la esperanza y dentro de las diferencias se centre en resolver problemas y equilibrar las regiones y poblaciones deprimidas y más atrasadas.