Seamos realistas. Por lo pronto, del hueco fiscal no nos sacará el tan inaplazable recorte del gasto público, políticamente inviable en el inmediato porvenir. Máxime tras el impune aniquilamiento de la Regla Fiscal. Ni mucho menos una nueva, enésima, reforma tributaria, que no tiene posibilidad alguna de salir adelante.
Lo obvio es dejar crecer a quienes más contribuyen al erario. Es decir, al empresariado local y foráneo. Y atajar lo que más devora sus impuestos: la asfixiante burocracia centralista e inútil de un gobierno voraz.
Se trata del primigenio sentido común: ‘del cuero salen las correas’. Es su fundamento y principio....

Por Carlos Gustavo Cano Sanz
Economista de la Universidad de los Andes; con maestría de la Universidad de Lancaster; posgrado en Gobierno, Negocios y Economía Internacional en la Universidad de Harvard. Fue ministro de Agricultura, director del Banco de la República y director de Ecopetrol. Actualmente es profesor de la Universidad de los Andes.
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