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Últimamente me ha llegado a la cabeza la impresión de que a los libretistas y realizadores de series y novelas para televisión se les acabó el talento para crear producciones originales, porque no de ser así, no tendrían que acudir a la vida de algún famoso para llevarla a la pantalla chica y así rellenar los espacios.
Muchas veces me he preguntado, ¿Qué sucedió con los creadores de historias como San Tropel, Caballo viejo, Los cuervos, la Pezuña del diablo, la abuela, Pero sigo siendo el rey, Pedro el escamoso, etc.?, que fueron producciones originales que mantuvieron a la teleaudiencia pendientes de ellas de principio a fin. No entiendo la razón para que en estos tiempos la mayoría de novelas que se ven por nuestra televisión, se reducen a temas relacionados con el conflicto armado y el narcotráfico o de la vida de algún famoso.
Muy cierto es que nuestra sociedad debe conocer la realidad de Colombia, y por eso entiendo que se recreen para la televisión, temas relacionados con el narcotráfico, la guerrilla y el paramilitarismo. El problema es que todo en exceso es malo. En muchas ocasiones he tenido que ser testigo de jóvenes y niños asegurando frente a la pantalla, que “desean seguir el modelo de poder que ostentó Pablo Escobar”, que fue un modelo cimentado en asesinatos, ilegalidad y terrorismo.
Por el otro lado, no sé qué tan positivo sea mostrar la vida de personajes como Marbelle o Diomedes Díaz, quienes aparte de su voz y sus canciones no creo que tengan otra cosa que aportarle a la sociedad en Colombia, porque sus escándalos y comportamiento no son precisamente un buen mensaje para jóvenes y niños, así a la primera la hayan mostrado como una víctima de la circunstancias y al segundo le justifiquen todo cuanto haya hecho en vida, así esté mal.
Si las producciones de televisión en Colombia fueron un producto de exportación, es porque indudablemente tenían un sello de calidad, que las distinguía de las traginovelas de México y Venezuela, donde no salían de las historias de la niña pobre que se enamora del joven rico y tiene que enfrentarse a la oposición de la familia del novio, para más adelante descubrir que era la hija perdida de quien sería su suegra que a la vez era la madre crianza de su pareja.
Aquí hicimos historias para televisión diferenciales, con libretos originales, salidos de la imaginación de creadores como Pepe Sánchez, Julio Jiménez, Carlos Duplat, etc., como para ahora dedicarnos a llevar a la pantalla chica, la vida de personajes famosos. ¿Yo pregunto qué de original puede tener esto?; ¿Será posible que el talento para producir historias se les haya extinguido?.
No entiendo la razón para no crear historias y más bien querer preparar novelas donde se recree la vida del Kid Pambelé, o Leidy Tabares, ¿Será que en Colombia nos morimos de ganas por conocer los pormenores de la vida de estos personajes?.
De seguir así, no será raro entonces que el día de mañana se les ocurrir rellenar la parrilla de televisión con la historia del Tino Asprilla, Carlos Moreno de Caro, Lady Noriega o Natalia Paris. Si ya le hicieron una a Marbelle, no tendría nada de raro, que también suceda con estos personajes.
